El sorpresivo discurso de Macri en la Asamblea Legislativa tiene, como el resto de su comunicación, estructura goebbeliana. Puntualmente referencia, con precisión pero menor capacidad oratoria, el llamado “discurso de la guerra total” del ministro de propaganda de Hitler del 18 de febrero de 1943.

Un pretendido tono épico, una escenografía estudiada al detalle, un guión histriónico para el orador, intervención de los partidarios seleccionados entre el público en las partes pertinentes, “ovaciones” planificadas, no son ideas originales del ecuatoriano más desagradable, sino burdas copias con peor actor.

Joseph Goebbels pronunció su “discurso de la guerra total” al comienzo de la debacle nazi en el frente del este. Plagado de mentiras, un plan sistemático de engaño, ante un auditorio seleccionado para ser parte de la coreografía necesaria para la transmisión por medios masivos, la pretensión de un tono épico, que no tenía en la argumentación racional su eje sino en estudiadas apelaciones emotivas.

La estructura del discurso de Goebbels tiene distintos componentes:

  • Parte de la afirmación que Hitler salvó a Alemania de males terribles a manos del comunismo.
  • Que emprendieron un camino épico (y único posible) para la grandeza nacional.
  • Que el presente está lleno de dificultades (que no se enumeran racionalmente) pero con confianza y fe, y perseverando en este camino, se superarán.
  • Como buen nazi, estigmatiza y persigue a quienes considera “enemigos del pueblo”.
  • Pide compromiso con el líder, camino. Interpelación ante la que los coreutas siempre responden con vítores.

Es una estructura espejo a la que preparó Durán Barba, admirador confeso de Hitler:

  • Parte de la afirmación que Macri salvó a Argentina de males terribles a manos del kirchnerismo (ser Venezuela, etc.).
  • Que emprendió un camino épico (y único posible) para superar lo que ellos llaman 70 años de frustración (y que es histórica, económica y socialmente una falacia como concepto).
  • Que el presente está lleno de dificultades (que no se enumeran racionalmente) pero con confianza y fe, y perseverando en este camino, se superarán.
  • Como buen nazi, estigmatiza y persigue kirchneristas.
  • Reafirma el camino, ante lo que los coreutas responden con vítores.

Goebbels, el mal absoluto

Macri, el mal absoluto cuando se vuelve torpe

Imagen: composición.

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