Otra vez el pueblo le dijo NO al FMI. El gobierno ilegítimo somete la soberanía argentina de manera inconstitucional.

La firma del acuerdo con el Fondo sin pasar por el Congreso viola la Carta Magna.

Constitución Nacional. Art. 75. Corresponde al Congreso: inc. 4: Contraer empréstitos… inc. 7: Arreglar el pago de la deuda interior y exterior… inc. 22: Aprobar o desechar tratados…

Además es rechazada por la inmensa mayoría de los argentinos.

Militantes y muchas personas autoconvocadas coparon la 9 de Julio en un frío feriado

“Tendría que ser un día de alegría, no de protesta”

Comenzaron a llegar al centro porteño desde el mediodía. El elemento distintivo fueron las banderas y carteles alusivos al rechazo al acuerdo con el FMI y a las políticas de ajuste del macrismo.

Por Ailín Bullentini

Militantes y autoconvocados vencieron al frío y coparon la 9 de Julio desde el mediodía para expresarse en contra del acuerdo que el Gobierno nacional firmó con el Fondo Monetario Internacional, pero también en repudio de las “políticas de ajuste” implementadas por el Ejecutivo desde que asumió la presidencia Mauricio Macri. Con y sin carteles; con y sin banderas, hombres y mujeres celebraron el Día de la Independencia en la calle. 

“Hoy tendría que ser un día de alegría, no de protesta”, apunta Rita, que camina desde el Obelisco hacia Belgrano y 9 de Julio, donde va a leerse el documento de cierre de la movilización en contra del acuerdo con el fondo con su hija mayor, Oriana, prendida del brazo. Ludmila, la menor, caminaba pasos adelante con el padre, pero la oyó a su mamá dar su opinión y quiere escucharla. Rita opina que “es triste que el día de nuestra independencia tengamos que estar exigiendo no perderla, porque el regreso al Fondo significa ni más ni menos que eso: perder nuestra independencia, es una represión y una censura a nuestra democracia”. Rita reconoce el peso que el organismo de crédito internacional tiene en la memoria colectiva y recurre a ese recurso para resignificar el regreso hoy: “El FMI es la clausura total a las decisiones que podemos llegar a tomar como pueblo. El pueblo eligió un gobierno para que los represente. No eligió al FMI para tomar las decisiones”. 

Además del repudio a la vuelta del FMI, la familia decidió participar de la manifestación porque está “completamente en desacuerdo con las medidas de ajuste implementadas por este Gobierno”. La madre aclara que no están “sufriendo necesidades” porque tienen trabajo, “pero hay mucha gente que está padeciendo y eso no nos gusta, no es justo, no lo merece nadie el sufrimiento de no tener trabajo, no tener qué comer, no tener como sostener una familia”. 

Guillermo Pastor es jubilado, tiene 75 años y llegó, desde Ituzaingó, en el oeste del Conurbano Bonaerense, hasta la 9 de Julio porque siente “que la patria está verdaderamente en peligro”, que “hay una entrega de la soberanía” argentina y que “vuelve a repetirse la historia”. En la calle, abrigado con una bufanda con los colores de la bandera y con un cartel que cuelga de su cuello en el que, de puño y letra, escribió que “la plata de los jubilados no se toca”, recordó que José de San Martín “tuvo que morir en el exilio” y que Manuel Belgrano “tuvo que vender hasta su reloj, tirado en la miseria como terminó”. “Después de ellos vinieron los gobiernos entreguistas y ahora estamos de nuevo en la misma. Nosotros no tenemos que confundirnos. Este tipo que está en el gobierno nos entrega de pies y manos al imperio anglo-yanqui”, vociferó con el dedo índice revoleado al cielo. 

“El 9 de julio hay que estar en las calles”, dice Sergio, que tiene 28 años. “Más en este contexto, que parece que entregamos todo el país, hay que salir a la calle reclamando la soberanía económica y política”, completa. Para él y Teresita, quien camina a su lado, la expresión del “desacuerdo con la vuelta del FMI es importante”. 

Hay dos puntos de coincidencia entre las razones de Sergio y Teresita y las de Cristian y Juliana: el desacuerdo con el crédito del FMI y el deber de que ese desacuerdo ocupe la calle. El matrimonio llegó desde Las Heras, provincia de Buenos Aires, con su hija menor, una beba de 45 días que emponcharon con triple manta para cubrirla del frío, para “hacer uso de nuestro derecho de decir que no acordamos con todo lo que está pasando”. “Debemos ejercer la libertad que todavía tenemos de poder decir qué Argentina queremos, es nuestra responsabilidad. El acuerdo con el FMI es todo lo que no queremos para nosotros y para nuestros hijos”.  

María del Carmen también llegó sola a Belgrano y 9 de Julio. Como lo hizo con otras convocatorias de las que participó, como la concentración que se realizó el pasado 25 de mayo, también en contra del acuerdo del FMI, este mediodía salió a la calle para “protestar contra la injusticia”: “Es una injusticia que haya chicos y abuelas por las calles, que no tienen dónde cubrirse del frío, que pasan hambre”. Hoy, el festejo por la independencia del país, la mujer –que tiene hijos “que piensan lo mismo” que ella, pero no asistieron porque “tienen sus hijos con catarro y se quedaron en sus casas”– considera que “la independencia no existe, no hay nada que celebrar. Nos ataron de pies y manos, nada bueno puede salir de un pueblo amarrado”. 

Además de original, Jorge Kiernan estuvo astuto: el disfraz de gorila le protegió todo el cuerpo, incluso la cara, del frío. Completó el personaje con una sombrilla azul y amarilla de la que colgó réplicas de billetes de dólares para representar “la lluvia de inversiones que no paran de llegar”. Para los distraídos de esos que les cuesta entender los chistes, Jorge se colgó de su cuello un cartel amarillo en el que explicó el sentido de su intervención: “Gracias Miauricio (sic) por la lluvia de inversiones”. “Le quise buscar una vuelta humorística a la situación porque si no exploto”, contó, “una forma de combatir todo esto”. 

Llegó por las suyas, se autodefinió como un “artista inorgánico total” y definió a la independencia como “una utopía que se nos aleja”. “Al contrario, vamos hacia la dependencia. El acuerdo con el FMI está hecho para atarnos con cadenas más soldadas que aquellas españolas que rompieron los próceres”. Se fue muy atrás en el tiempo, Jorge, pero volvió rápido al “acuerdo que saldó Kirchner con el FMI. Creíamos que era impagable ese acuerdo y nos lo sacamos de encima. Este va a ser más complicado de saldar. Hoy, los que resistimos, tenemos una nueva batalla: la de convencer a ese tercio del país que votó engañado, que votó en contra suya, que votó suicidando el futuro. Loco, pensá un poco. Macri no nos puede volver a pasar”.      

Ana Martínez es docente de lengua y literatura en el nivel secundario de Mendoza y aprovechó la visita a su hijo que vive en Buenos Aires para “para pasar el 9 de Julio acá”, y cuando dice “acá” se refiere a la calle. En Mendoza “estamos muy reprimidos desde lo policial pero también desde lo económico, la gente está muy fría”, explica. Vino a calentarse con la protesta contra el acuerdo con el FMI. “Presentaron el tratado con el FMI y pretenden hacer creer al mundo que en Argentina estamos todos contentos. No es así, no estamos contentos y se tiene que saber”, apuntó. Emilce llevó a Calixto y a Lisandra, sus hijos de 8 y 5 años, a la manifestación. Cada uno con un cartel con los colores de la bandera y la leyenda “No al acuerdo con el fondo”. “Los traje porque son ellos los que van a tener que pagar la deuda en la que nos embargó el presidente. El acuerdo con el FMI les embargó su futuro”, remarcó Emilce. 

Hernán fue una de las atracciones de la tarde. Llegó al centro junto a la agrupación en la que milita, La Cámpora de Avellaneda, pero en un momento dejó a la columna y se paró en la intersección de Belgrano y Bernardo de Yrigoyen a hacer flamear una bandera gigante que trajo desde el barrio. “Es el orgullo, la patria”, la describió. “Tenemos que estar en la calle, porque el pueblo la está pasando mal, hay hambre, nos estamos quedando sin trabajo. Realmente la patria está en peligro”, concluyó. 

Fuente: Página 12. Link

PROCLAMA POPULAR DEL 9 DE JULIO DE 2018

LA PATRIA NO SE RINDE. FUERA EL FMI

“Oíd el ruido de rotas cadenas”, proclamaba aquella marcha patriótica nacida al calor de las batallas libradas por una generación de hombres y mujeres que regaron con su sangre el suelo de nuestra Patria Grande para alcanzar su definitiva independencia.

No hubo angustia en aquel Congreso de Tucumán. Hubo conciencia política y sentido de responsabilidad histórica. Hubo decisión, de los congresales llegados desde los confines de la Patria, de proclamar la independencia de las “Provincias Unidas en Sud América”. El 9 de Julio de 1816 se alimentaba el sueño de una Patria Grande y libre de toda dominación extranjera.

202 años después, nosotras y nosotros, hombres y mujeres de la Patria, nos movilizamos con un sueño inalterable, el mismo que empujara a San Martín a lanzar aquella proclama que hoy, cuando la Patria está en peligro, sigue  constituyendo una agenda cargada de futuro: “Seamos Libres, que lo demás no importa nada”. Por eso es que no titubeamos al gritar a los cuatro vientos que LA PATRIA NO SE RINDE.

Rompamos las cadenas que nos impone el acuerdo alcanzado por el gobierno de Mauricio Macri con el Fondo Monetario Internacional, que sólo le ofrecen a nuestro pueblo, un destino de  miseria planificada.

Rompamos las cadenas de un ciclo veloz y brutal de endeudamiento externo, que pretende condenar a generaciones de argentinas y argentinos a seguir pagando los negocios que están haciendo unos pocos. La deuda externa contraída por el gobierno de Mauricio Macri es ilegal e ilegítima, ha tenido como destino exclusivo engrosar los balances de un puñado de grandes corporaciones. Que la paguen ellos, y no vengan nunca más a recurrir al sacrificio de los humildes y explotados.

Hoy gobiernan los agentes financieros de las corporaciones extranjeras, gobiernan los especuladores que hacen de la riqueza generada por las trabajadoras y los trabajadores un botín para alimentar la evasión, la fuga de capitales y la timba financiera. Poner fin a la especulación, nos demanda  avanzar hacia la nacionalización de nuestra banca, perseguir a los evasores que multiplican sus ingresos en cuentas radicadas en guaridas fiscales extranjeras, controlar el cambio y recuperar por parte del Estado la dirección del crédito hacia el desarrollo de la industria, la producción y las economías populares. 

Rompamos las cadenas de la dependencia económica que nos pretenden imponer con el desmantelamiento de nuestra industria y la destrucción del aparato productivo y solidario de nuestras economías  regionales. Hay que frenar la libre importación, hay que detener los acuerdos de libre comercio que mendiga Mauricio Macri y los gerentes que gobiernan por Estados Unidos y Europa, hay que defender nuestras pequeñas y medianas empresas de la ofensiva de las grandes  corporaciones.

Debemos avanzar hacia la nacionalización del comercio exterior, para que un puñado de multinacionales no transforme nuestra riqueza en un asiento contable en las ganancias que registran sus balances.

Rompamos las cadenas de la colonización británica sobre nuestro territorio en las Islas Malvinas, porque soberanía es recuperar lo nuestro. Denunciemos hasta romper el pacto Foradori Duncan, los acuerdos de Madrid, que significan un retroceso en nuestro siempre vigente reclamo sobre la tierra en la que se derramó la sangre heroica de nuestros combatientes. Nuestro territorio no puede  ser prenda de negociación con los piratas que lo usurparon.

Exijamos mantener viva la búsqueda de los 44 tripulantes del ARA San Juan, sus familias y el pueblo en su conjunto merecemos conocer la verdad. Las Fuerzas Armadas tienen la responsabilidad institucional de defender nuestra Soberanía, rechazamos enérgicamente la voluntad del Gobierno de utilizarlas para la seguridad interior.-

Rompamos las cadenas de la apropiación sistemática de nuestros recursos estratégicos en manos de empresas multinacionales, frenemos la extranjerización de nuestra tierra y su concentración para beneficio exclusivo del poder económico. Los recursos de nuestro suelo, subsuelo y espacio aéreo son propiedad de la Nación. Nuestros pueblos originarios han sufrido la apropiación de sus tierras ancestrales, nuestros campesinos padecen el desplazamientos sistemáticos al ritmo en que la economía se concentra en pocas  manos.

Rompamos las cadenas que nos pretenden imponer los patrones, que alientan desde el gobierno una reforma laboral que intenta retroceder cien años en los derechos conquistados por la lucha de las trabajadoras y los trabajadores del país. Debemos conquistar en paritarias libres una victoria sobre la devaluación generada por los especuladores que gobiernan, que ha disparado una inflación que está licuando nuestro salario.

Debemos sepultar la infame reforma previsional que destrozó la movilidad ascendente de nuestras jubiladas y nuestros jubilados; es necesario actualizar el ingreso popular y recuperar los programas de empleo que este gobierno terminó transformando en planes sociales.

Rompamos las cadenas del ajuste miserable sobre las tarifas de los servicios públicos. El gobierno pretende que financiemos las ganancias exorbitantes de las empresas cuyos gerentes asaltaron el Ministerio de Energía; hay que frenar el tarifazo para poder recuperar en manos del Estado los servicios públicos esenciales que constituyen un derecho humano para todo aquel o aquella que habite nuestro suelo.

Rompamos las cadenas  del  olvido porque un pueblo sin memoria no puede conquistar su futuro.   30.000 compañeras y compañeros fueron desaparecidos por resistir a la dictadura cívico militar y a un programa económico idéntico al que lleva adelante el gobierno de Mauricio Macri; nuestra historia está forjada sobre la memoria de fusilados, torturados y asesinados en la larga conquista de nuestra independencia. Nuestro presente está marcado por más de quinientos bebes apropiados en la dictadura y más de 300 que seguimos buscando para que recuperen su identidad. Debemos luchar para que haya más abrazos de abuelas y nietos. Alcanzar la justicia, para que el único destino de los genocidas sea la cárcel común, perpetua y efectiva, para que no permanezcan impunes los asesinatos de Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, para que de forma inmediata recuperen la libertad todas y todos los presos políticos de la Argentina. Desmantelar la corporación judicial, para alcanzar la Justicia, nos acerca a nuestro sueño de libertad.    

Rompamos las cadenas del patriarcado para que nunca más nadie se atreva a decidir sobre el destino individual y colectivo de  las mujeres, para que nunca más el derecho a la paridad de género  en términos culturales, económicos, políticos y sociales, sea una agenda secundaria de nuestro proyecto colectivo hacia la construcción de una Patria más justa libre e igualitaria.

Rompamos las cadenas de la barbarie que pretende embrutecer a las mayorías populares destruyendo la educación pública y gratuita. Defendamos a nuestras docentes, a sus organizaciones gremiales. Forjemos una universidad al servicio del pueblo, en éste, el centenario de la Reforma.

Rompamos las cadenas del pensamiento único impuesto por las grandes corporaciones que hacen negocios con la comunicación. Democratizar la palabra para levantar la voz y gritar bien fuerte que la mentira y la desinformación son una soga en el cuello de la democracia.

Rompamos las  cadenas del cinismo y la hipocresía. Mauricio Macri ha llegado al gobierno mintiendo escandalosamente, traicionando la voluntad de sus votantes, transformando la democracia en un fraudulento oportunismo electoralista. Defendamos la política como herramienta transformadora, defendamos la organización popular como el camino para alcanzar nuestros sueños.

Lo hemos dicho el 25 de Mayo, y lo reafirmamos hoy: somos un pueblo digno y con mucha memoria. Asumimos con profunda responsabilidad histórica seguir luchando hasta alcanzar nuestra definitiva independencia.

Nos hemos movilizado una vez más, porque el pueblo en la calle decide, y decidimos hoy, reafirmar nuestro compromiso de construir entre todas y todos la Patria que soñamos.

Por eso, una vez más gritamos: ¡LA PATRIA NO SE RINDE!

Fuente: Página 12. Link. Imagen: Matrizur.

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