Con una multitudinaria movilización, la CGT se manifestó en apoyo al gobierno nacional. Alberto Fernández les agradeció y felicitó.

La primera gran movilización sindical tras la pandemia

Día de la Lealtad: Una masiva movilización de la CGT a favor de un modelo de unidad, producción y trabajo

Columnas de trabajadoras y trabajadores colmaron la zona del microcentro y del bajo porteño. «El peronismo debe promover la alianza entre la producción y el trabajo, única fórmula que garantiza un crecimiento sostenible con justicia social», planteó la central obrera en su documento oficial.

Por Felipe Yapur

La multitudinaria movilización de la CGT, que se realizó con el objeto de conmemorar el Día de la Lealtad, fue por un lado una expresión clara y contundente de la capacidad de movilización que tiene la principal central sindical del país. También fue un mensaje político categórico de unidad gremial que, a través de un documento, mostró el modelo de país que impulsan cuando afirmaron que están por «la defensa del aparato productivo nacional y la generación de empleo genuino» y llamaron a «poner en marcha políticas que sienten las bases de la transformación económica y social de nuestro país». Un mensaje que tiene como destinatario principal la oposición política pero también al Gobierno nacional. La marcha tiene además una tercera lectura y es que las decenas de miles de manifestantes sindicales, a los que de manera inexorable también debe sumárseles las otras decenas de miles que se movilizaron el domingo, representan una prueba del impacto que tuvo en el peronismo (en sus diferentes versiones) y sus aliados la derrota de las PASO del pasado septiembre y que ahora parecen ponerse en movimiento.

La reacción oficial al acto sindical, al menos públicamente, llegó durante la tarde cuando el presidente Alberto Fernández agradeció y felicitó «a la CGT y a los movimientos sociales que expresaron en una multitudinaria marcha la fuerza y la unidad que nuestra Patria demanda. Unidos levantemos las banderas de una Argentina con más producción, más desarrollo y más trabajo».

La marcha de la central obrera fue inmensa pero a diferencia de lo que ocurre de manera habitual, careció de discursos. La voz única del movimiento obrero organizado se concretó a través de un documento, discutido y modificado en estos últimos días, que da cuenta del proceso de unidad que vive la CGT, y que en menos de un mes debe expresarse con la elección de la nueva conducción colegiada.

La decisión de hablar a través de un documento tiene que ver con ese proceso electivo interno. Un escenario con discursos podría poner en riesgo el equilibrio y las negociaciones que se realizan por estos días para definir las futuras autoridades.

«La Argentina y el Gobierno afrontan una instancia decisiva para superar la crisis económico-social heredada y agravada de forma dramática por los efectos de la pandemia» de coronavirus, sostien el texto de la CGT, que aseguró ser «la reserva desde donde el Movimiento Nacional puede reconstruir el tejido social y fortalecer la política». Una afirmación que en una primera lectura puede resultar un tanto altanera, pero que la masividad de la movilización da pistas de que hay un grado de verdad en esa sentencia.

Pero también esta marcha fue el resultado del impacto que tuvo en la dirigencia sindical peronista la derrota electoral de las PASO de septiembre. Hugo Moyano, titular del gremio de camioneros que retorna al seno de la CGT, lo dijo después de marchar que «estoy convencido de que ese resultado fue un llamadito de atención y que todos todos nos pusimos a trabajar para revertirlo. Ningún trabajador va a votar a alguien que le va a quitar derechos. A los señores de la oposición lo único que les interesa es quitar derechos a los trabajadores».

En ese sentido, el actual cosecretario general de la CGT, Héctor Daer, prefirió tomar una propuesta de Juntos por el Cambio para dar cuenta de la necesidad de apoyar a los candidatos del Frente de Todos cuando dijo que el macrismo no busca sólo «eliminar la indemnización» sino que también pretende «eliminar los convenios colectivos y la fortaleza sindical». Por eso indicó que «hay que pensar claramente cuando vamos a hacer uso del derecho democrático de emitir nuestro voto. Por eso, trabajadores y trabajadoras no pueden votar en contra de sus intereses».

Otro de los dirigentes sindicales de peso que participó de la marcha fue el titular de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Antonio Caló que caracterizó la movilización como «una clara muestra de apoyo al gobierno y del proyecto que representa la CGT: producción y trabajo». El líder metalúrgico aseguró que el clima social está cambiando y consideró que eso puede impacta de manera posivita en las elecciones de noviembre: En las PASO veníamos de un año y medio de estar encerrados con muchos problemas, pero en estos meses mucho ah cambiado, hay un mejor clima porque hay más actividad económica y creo que es posible revertir el resultado de esas elecciones».

Caló dijo además que la marcha del domingo y la de la CGT se complementan, son parte un todo, e incluso mostró su acuerdo con la propuesta que Cristina Fernández de Kirchner realizó el sábado en la exEsma donde llamó a refundar el peronismo y llevar adelante un acuerdo social entre trabajadores y empresarios más el Estado: «Eso permitirá sacar al país adelante», afirmó mientras encabezaba la larga columna de la UOM.

Pospandemia

«¡Trabajadores: Únanse! sean hoy más hermanos que nunca», decía la inconfundible voz de Juan Domingo Perón desde una pantalla gigante ubicada en la esquina de Paseo Colón y avenida Independencia. La frase se repetía sin solución de continuidad como un mandamiento indiscutible.

Las columnas de los gremios eran alegres, no contrariadas ni indignadas como se suele ver en las expresiones públicas de la oposición. Bombos, redoblantes y bronces propios acompañaban a cada gremio. Era la recuperación de la calle luego de la pandemia y por eso la alegría.

A diferencia de otros momentos no hubo desencuentros ni problemas entre los gremios que participaron. Y es que la marcha fue una expresión de esa unidad que se trabaja a diario en la CGT con la idea de llegar al 11 de noviembre con todo acordado para la elección de las nuevas autoridades. Esto también expresó la masiva movilización

Hubo muchos ejemplos que para dirigentes sindicales esto quedó muy claro en cómo se expresaron los jefes gremiales. La alegría de Sergio Sasia, el titular de la Unión Ferroviaria, que encabezó una ruidosa y alegre columna que festejaba, además, la conducción de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT).

La columna de la Unión Personal Civil de la Nación (UPCN), que conduce Andrés Rodríguez, fue tal vez la más grande de todas. Varias cuadras de banderas azules con militantes de varias provincias se ordenaron detrás de Rodríguez que pugna por continuar al frente de la secretaría general adjunta de la CGT. O el retorno de Moyano que marchó con Daer, de quien se había distanciado en tiempos de Macri. Ahora su hijo Pablo junto a Caló y Daer, suenan como los integrantes del triunvirato que se elegirá en noviembre.

El documento de la CGT también transuta todos estos movimiento internos y externos de la central sindical. Como cuando afirma que ante la profundidad de la crisis actual, la CGT se moviliza «como la expresión de unidad de las y los trabajadores, como símbolo de unidad del Movimiento Obrero organizado y con vocación de sostener la unidad del peronismo». Y por último, señala que es momento de «transformar hacia adentro el horizonte y el futuro de los argentinos y argentinas. Llegó la etapa de poner en marcha políticas que sienten las bases de la transformación económica y social de nuestro país».

Fuente: Página/12. Link. Imagen: Twitter.

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