El alojamiento del dictador Milei en un hotel de lujo expone un soborno a la vista de todos. La legislación pena “dádivas” como el avión que le pagaron para viajar a Estados Unidos.

La extraña justificación de Lilia Lemoine

Javier Milei sigue demorando su mudanza a Olivos y no hay detalles de quién paga la estadía en el Hotel Libertador

«Son cien dólares por mes», dijo la diputada nacional, para intentar explicar el alquiler de la suite presidencial en la que reposa el jefe de Estado. Aún con cifras falsas – el costo es cercano parte desde los 350 dólares, según informa la página oficial- ni la flamante legisladora ni nadie del entorno de Milei osaron explicar cómo hace Milei -sin ingresos registrados más que su sueldo de diputados, que dijo donar- para pagarle la cuenta a su amigo Eduardo Elsztain, propetario de la posada cinco estrellas.

Por Jeremías Batagelj

Habitación de 140 metros cuadrados, un escritorio amplio, mesa de reuniones, acceso a la pileta, sauna y gimnasio, más otros beneficios que ofrece el selectísimo Club Lounge. Javier Milei pasa sus días con esos beneficios en la espaciosa suite presidencial del Libertador, mientras que sus noches  las destina a descansar en la cama king size que posee la habitación más cara del hotel. Y mientras extiende su hospedaje -su entorno no aclara, todavía, cuándo será la mudanza a la Quinta de Olivos- se extiende también el interrogante acerca de quién abona la abultada cuenta de más de 17 millones de pesos al empresario Eduardo Elsztain, quien fue invitado por el propio Milei a la jura presidencial y podría verse beneficiado en el nuevo Decreto de Necesidad y Urgencia, al poder -por ejemplo- cobrar el pago de los alquileres en moneda extranjera.

La explicación acerca de cómo se paga la estadía del jefe de Estado en el Hotel Libertador todavía no llegó. El vocero presidencial, Manuel Adorni, intentó ensayar una respuesta la semana pasada, ante la consulta de la periodista Cecilia Camarano, pero solo se detuvo a aclarar que la Quinta de Olivos sigue en reformas para la estadía de Milei y «de sus hijos de cuatro patas». La pregunta de la cronista en realidad iba direccionada a los pagos del Hotel Libertador, una cuestión sobre la que Adorni no hizo referencia alguna.

Quien sí estuvo dispuesta a sentarse sobre la granada  fue su exmaquilladora personal y ahora diputada nacional, Lilia Lemoine. Aunque la aclaración dejó más dudas que certezas. «Son cien dólares por mes», trató de justificar en su cuenta personal de Twitter, «para un presidente que trabaja hasta en Navidad…te parece mucho?», interrogó al cuestionamiento del dirigente antisemita César Biondini. Lemoine no solo falseó el monto -la suite presidencial, en realidad, está por encima de los 300 dólares por noche, según la propia web del hotel- sino que tampoco no aclaró si efectivamente es el Presidente que pone de su bolsillo el dinero (sin más ingresos que los que donó como diputado nacional), si lo deriva de ahorros familiares o quizas cuenta con el favor de alguien que le abona «gentilmente» la cuenta. Lemoine destacó que «hubo ahorro» en términos de custodia presidencial y llamó a una extraña reflexión: «PIENSEN UN SEGUNDO».

La deuda que acumula el hospedaje de Milei asciende a más de 17 millones de pesos. Eso solo si se tiene en cuenta los gastos de una sola habitación desde el 23 de octubre hasta el 26 de diciembre, día del cierre de esta nota. A ese número se le podría sumar, por caso, si otros allegados también se alojan en el exclusivo hotel o bien, cualquier servicio a la habitación que haya disfrutado Milei .

Una amistad que supera la relación «libre» entre inquilinos y propietarios
El total de la estadía debe llegar a las arcas de Eduardo Elsztain. El empresario regentea, entre otros hoteles y shoppings, a la posada cinco estrellas donde vive, hasta ahora, el jefe de Estado. 

Eso sí, posiblemente esa suma no afecte significativamente al balance de IRSA, el grupo inmobiliario que puede salir beneficiado por algunas de las medidas que adoptó el ultraderechista. Por ejemplo, el DNU que habilita a cualquier empresa a no abonar doble indemizaciones o bien, a pactar alquileres de oficinas, negocios y habitaciones de la forma que sea. Pueden ser contratos en kilos de carne o litros de leche -como sugirió la canciller Diana Mondino- o bien en dólares o euros, monedas que suelen elegir los empresarios.

Pero el vínculo de Milei con Elsztain se extiende a la relación «libre» entre inquilino y propietario. El director de IRSA es el enlace del presidente con el reducto más selectivo de la Jabad Lubavitch, una organización judío-ortodoxa que se referencia en el Rebe Menajem Mendel Schneerson. Tras ganar las elecciones, y antes de definir a su equipo, Milei viajó a Nueva York para visitar su tumba.

A Elsztain también se lo vio golpeando sus palmas el 10 de diciembre. El empresario tuvo lugar en uno de los palcos del Congreso, así que fue testigo de primera mano de la cortísima jura presidencial de Milei en el Parlamento. Para quien tiene a cargo los shoppings del Abasto y el DOT se trató de un evento único: dijo que fue la primera vez que asistía a una ceremonia institucional de ese grado.

Ante el silencio gubernamental -salvo Lemoine- en el Congreso ya empezaron a mover las fichas. Tal como contó este diario, el diputado opositor Rodolfo Tailhade realizó un «pedido de información pública ante la Secretaria General de la Presidencia», encabezada por Karina Milei, «para saber si el Hotel Libertador que ocupa el Presidente de la Nación lo paga Elsztain, la casta, el bolsillo de Milei, Conan o lo estamos pagando todos los argentinos».

Fuente: Página/12. Link. Imagen: El Intransigente.

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