El Senado argentino pudo revertir el bloqueo de la entente de Magnetto, el macrismo y la Corte contra la soberanía popular. A pesar de los vendepatria, cumplió su mandato constitucional de sancionar leyes e investir jueces.

Tuvo que desempatar la presidenta provisional Claudia Ledesma Abdala tras un doble empate en 35 votos

El Senado aprobó el pliego de Ana María Figueroa para que siga siendo camarista 

Por María Cafferata

En una final infartante, el Frente de Todos logró aprobar, por un pelo, el pliego de la jueza Ana María Figueroa para que continúe en su cargo por cinco años más. Con 35 votos a favor y 35 en contra, la votación terminó en un empate. Tuvo que repetirse y ante un similar resultado la presidenta provisional del Senado, Claudia Ledesma Abdala tuviera que desempatar en favor del oficialismo. En la bancada frentetodista no esperaban un resultado tan justo: la maniobra de dos senadores de Juntos por el Cambio de aprovechar la ausencia momentánea de senadores oficialistas entre las bancas para imponer que el pliego de Figueroa se votara por separado del resto de los acuerdos judiciales los agarró desprevenidos. Incluso hubo aliados, como la misionera Magdalena Solari Quintana, que se ausentó al momento de la votación. Había dudas, a su vez, sobre si les peronistas de Unidad Federal acompañarían, aunque finalmente así lo hicieron y terminaron inclinando la balanza en favor de la jueza de Casación Penal. 

El protagonismo de la jornada lo tenía la reforma del impuesto a las Ganancias, pero mientras que la sanción de la norma que elimina la cuarta categoría era algo asegurado, la aprobación de Ana María Figueroa no. Figueroa es la jueza de Casación Penal que la Corte Suprema había jubilado el día posterior a cumplir los 75 años, a pesar de que el Senado todavía estaba tratando su pliego, y la oposición denunciaba que su aprobación significaría una guerra de poderes. El FdT, mientras tanto, insistía en que la Corte no tenía potestad para designar a los jueces y decidió incluir su pliego en los más de 30 que trataría en la sesión. «La magistrada opinó y contestó con holgura y datos acerca de las preguntas que le hacía la oposición. Hay una cuestión que sabemos lo que ha hecho la Corte Suprema entrometiéndose con prerrogativas que son exclusivas del Senado», comenzó exponiendo la mendocina Anabel Fernández Sagasti (FdT).

Les respondió Guadalupe Tagliaferri (PRO), quien sería una de las protagonistas de la jornada. «No solo están dejando una bomba económica que le va a explotar al próximo gobierno, sino que están haciendo sus últimos ajustes en su agenda de impunidad», comenzó a quejarse. Mientras la senadora porteña denunciaba que Figueroa ya no era más una jueza, un grupo de senadores del oficialismo entraba y salía del recinto, dejando un vacío en el lado derecho del hemiciclo. En un momento, Martín Lousteau (Evolución) se avivó, hizo números y le avisó a Tagliaferri para que hiciera una moción para tratar el pliego de Figueroa por separado. Hubo gritos, les senadores del oficialismo volvieron corriendo, pero era demasiado tarde: se había votado a mano alzada y JxC los había superado. 

Envalentonados por aquella inesperada victoria, Juntos por el Cambio se explayó durante minutos y minutos a denunciar que, detrás de la extensión en el cargo de Figueroa, se escondía un plan de impunidad del kirchnerismo. Caballito habitual de la oposición cambiemita, algunes senadoras eran más dramáticos que otros. «Basta Cristina, llegaste hasta aquí. No vamos a permitir que en el Senado se sigan cocinando estos fuegos», exclamó la cordobesa Carmen Álvarez Rivero. «Están cortando las flores, pero como decía Neruda: podrán cortar todas las flores pero no podrán frenar la primavera», sumó, en otro momento, el riojano Julio Martínez. 

Mientras JxC despachaba contra Figueroa, el FdT era un hormiguero de negociaciones contrarreloj. La maniobra de Tagliaferri había expuesto una realidad que, hasta entonces, se había buscado tapar con evasivas: el número para aprobar el pliego de la jueza de Casación Penal no estaba asegurado. El aliado rionegrino Alberto Weretilneck votaría en contra y habían empezado a circular rumores de que la misionera Magdalena Solari Quintana no quería acompañar. Había desconfianza, además, de qué postura adoptarían algunes senadores de Unidad Federal, como Guillermo Snopek y Carlos «Camau» Espínola. Al momento de tomar la palabra, Snopek afirmó, sin embargo: «Nuestra responsabilidad es designarlos, esa es la responsabilidad que cumplimos hoy acá». 

La tensión, mientras tanto, iba escalando. » La doctora Ana María Figueroa, si el oficialismo logra mayoría, va a ser una okupa de la Cámara de Casación porque no tiene derecho», lanzó el formoseño radical, Luis Naidenoff. «Un poco más de respeto», le advirtió, fuera del micrófono, Juliana Di Tullio. «Niegan que Santiago Maldonado se ahogó, niegan que a los 75 años los jueces se tienen que jubilar. No nieguen, negacionistas», subió la apuesta el gobernador electo de Mendoza, Alfredo Cornejo. La bancada oficialista le respondió a los gritos.

«Es muy grave lo que pasó acá. ¿Qué fue lo que dijo el grupo Lago Escondido? ‘Tenemos que procesar a Cristina Fernández de Kirchner que es la dirigenta más importante que tienen’. Bueno ya consiguieron lo que querían, violando la Constitución. ¿No le da vergüenza entregar semejante prerrogativa?», les recriminó, a los gritos, el jefe de la bancada oficialista, José Mayans, apuntando con crudeza contra la Corte Suprema. 

Mientras hablaba, la bancada oficialista terminaba de hacer números: era posible que la votación terminara en un empate. Espínola y Snopek terminarían votando a favor y JxC tenía un ausente –la neuquina Lucila Crexell–, por lo que dependía de la actitud que tomase Solari Quintana, quien responde políticamente a Carlos Rovira (muy cercano de Sergio Massa). Al momento de la votación, sin embargo, la misionera se ausentó y terminó en un empate. Se voto una vez más, como lo marca el reglamento y los números se repitieron. La encargada de definir fue la presidenta provisional de la Cámara, Claudia Ledesma Abdala. «Llamen a Cobos para que defina», ironizaban les dirigentes sindicales que se encontraban en los palcos, a la espera de que comenzase el debate de Ganancias.

Fuente: Página/12. Link

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