El golpe de estado en Bolivia refleja sobre Argentina. Si ya desde 2008 la derecha argentina enarbola un proyecto fascista con promoción publicitaria edulcorada por parte del grupo Clarín, ahora con un Estados Unidos desvinculado de compromiso con las formalidades, la pregunta no es si lo harán sino cuánto tardarán.

¿Qué pueden hacer las fuerzas populares para evitarlo? es la pregunta urgente.

El primer tiempo del gobierno de Alberto Fernández será central. Si algo enseña Bolivia es que esta derecha usará todos los “fierros” que tenga.

Además de Clarín, la infiltración yanqui en la justicia y “la embajada”, ahora hay que prestar una renovada atención a las Fuerzas Armadas e iglesias evangélicas dependientes de Estados Unidos.

Una agenda de profundización de la politización, de los debates cívicos, un combate comunicacional y político profundo desde el primer día es la mejor opción prefigurada en el horizonte.

Y, por supuesto, memoria, verdad y justicia para con el Régimen terrorista de estado del macrismo, única garantía (relativa) de preservar la democracia de las garras de los asesinos.

Imagen: AP Los Andes.

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