Estados Unidos terminó la II Guerra haciendo explotar dos bombas atómicas sobre Japón. Cientos de miles de muertos avisaron al mundo de un riesgo nunca antes visto. En realidad eran dos riesgos: existía un arma que podría destruir todo, existen personas dispuestas a usarla.

Fueron más de 140.000 de modo directo por los ataques pero las secuelas posteriores fueron prolongando la sucesión de decesos mediatos que tienen como causa aquellas explosiones. Así se llega a casi 450.000 personas: 286.818 en Hiroshima y 162.083 en Nagasaki, según las cifras del 2013. La gran mayoría población civil.

La mayor parte de los historiadores coincide en que las bombas no eran necesarias para forzar la rendición de Japón y tuvieron, en cambio, como principal objetivo enviar un mensaje a la Unión Soviética, entonces aliada en el conflicto bélico.

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El 6 de agosto de 1945 EE.UU. dejó caer la ‘Little Boy’ sobre Hiroshima, lo que supuso el primer lanzamiento de un arma nuclear en una guerra real en toda la historia. El bombardeo atómico costó la vida de decenas de miles de habitantes de la ciudad japonesa. Tres días más tarde llegó el turno de Nagasaki. 70 años después, la mayoría de los estadounidenses sigue aprobando los ataques, que consideran totalmente justificados.

Una encuesta de Gallup realizada en 1945, casi inmediatamente después de los bombardeos, reveló que entonces un 85% de los estadounidenses aprobaban la decisión del Gobierno de Harry Truman de usar el nuevo tipo de armamento contra Japón.

Otro sondeo llevado a cabo en 1991 por Detroit Free Press mostró un descenso en el índice de aprobación, pero relativamente leve, recuerda Pew Research Center: 46 años después de los ataques un 63% de los estadounidenses consideraban que fueron una estrategia apropiada para terminar la Segunda Guerra Mundial. Solo el 29% de los estadounidenses calificaron los bombardeos de ‘injustificados’.

La nueva encuesta, realizada en 2015 ya por el propio Pew Research Center, revela que incluso 70 años después la mayoría de la población de EE.UU. sigue apoyando los bombardeos. Según su cifra, solo el 34% considera que Washington no tenía ninguna justificación para lanzar las bombas.

El 56% de los ciudadanos de EE.UU. siguen apoyando los ataques. Esta opinión la comparten no solo personas mayores, sino también muchos jóvenes, como lo demuestra que el 47% de los encuestados de entre 18 y 29 años se mostraron a favor de aquellos bombardeos atómicos.

*RT

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