Después de la huerta y las refacciones millonarias en Olivos, el avión chiche para el oligarca que juega con los argentinos. Eso sí, con circo como que son «transparentes». 

El nuevo avión presidencial costará US$ 55 millones y lo comprará un organismo internacional

La OACI, una agencia que depende de las Naciones Unidas, será el encargado conseguir un jet usado; es un procedimiento inusual que pretende dar transparencia a la operación

Diego Cabot

El presidente Mauricio Macri podrá disfrutar de una cama y una ducha cuando viaje en avión. Al menos, cuando termine el proceso de compra que ya se inició.

En el Gobierno conocen exactamente las discusiones y polémicas que traerá la compra de la aeronave presidencial. Entonces, en la Casa Rosada optaron por un camino inédito. Según pudo saber LA NACION, un organismo internacional será el encargado de elegir y cerrar la operación.

La orden ya habría salido desde el entorno presidencial. La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), un organismo de las Naciones Unidas destinado a estudiar el tráfico y garantizar la seguridad aérea, entre otros objetivos, con sede en Montreal, Canadá, ya fue contactada para continuar el proceso de compra. La operación es inédita pero el cometido ya estaría acordado. Sucede que la OACI es un organismo de consulta en el mundo aerocomercial internacional. Sin embargo, todo parece indicar que ya trabaja en el asunto.

El motivo de haber decidido este camino es la polémica que genera la compra de un nuevo avión presidencial. Actualmente, el Presidente se moviliza en vuelos de línea o en servicios alquilados. Con la flota presidencial en tierra, el Gobierno decidió avanzar por una solución. Y la polémica que genera el asunto terminó por decidir el camino de compra a través de un organismo internacional.

Cómo será el nuevo avión presidencial

Otra de las particularidades que se requiere para el futuro Tango es que pueda aterrizar en todos los aeropuertos más importantes del país. Por caso, el Tango 01, entre sus limitaciones, tenía la imposibilidad de operar en varias estaciones aéreas ya que el tamaño del avión hace necesario un determinado largo de pista que no existe en varios lugares del interior del país.

La decisión de vender el T-01 ya estaba tomada y había sido recomendada por varios asesores y conocedores del mundo aéreo. Las razones son varias. Primero es que en los últimos años, la tecnología mejoró y los aviones más modernos tienen más alcance con el mismo combustible. Aquella nave sólo tenía autonomía para alrededor de siete horas de vuelo. Además, el consumo de combustible lo torna muy costoso respecto de otras opciones que existen actualmente.

También se detallaron las comodidades. Como la mayoría de los aviones que se usan para que viajen los mandatarios, deberá tener una dependencia privada. Entonces se apuntó dos datos que confort: que tenga un dormitorio privado y un baño con ducha. Finalmente, la última previsión: se dispuso que sea usado ya que nuevo no sólo que impplica más dinero sino que la espera es entre un año y medio y dos.

Con esas características, la OACI saldrá al mercado. Los conocedores de este sector consideran que habrá que gastar alrededor de 50 millones de dólares. Pero claro, habrá que ver cuándo se salga a ver las máquinas de este tipo disponibles en el mundo. «Es un proceso de alrededor de seis meses. Entonces, como hay oferta limitada de este tipo de aviones, habrá que ver qué es lo que se encuentra», confió una fuente que conoce el mercado y los movimientos de la operación.

Hay otra novedad en la flota presidencial. El T-04, una aeronave que la ex presidenta Cristina Kirchner le compró a Aerolíneas Argentinas, volverá a operar. Aquel Boeing 737-500 con 21 años de uso, estaba fuera de operación en la base El Palomar. Si bien se especuló con sacarlo de operación, ahora se habría revisado esa decisión. Se le comprarían dos nuevas turbinas y entonces, será momento de chequeos para dejarlo operable.

Esta situación generaría una segunda. Como el T-04 es Boeing, varios, incluso la OACI, piensan que un avión de la misma marca sería la mejor opción. Las razones tienen que ver con la capacitación y los cursos de los pilotos, además de las mejoras en la relación comercial a la hora de mantener la flota y adquirir el paquete de repuestos.

Según esta hoja de ruta, la aeronave presidencial debería ser un Boeing Business Jet (BBJ), una adaptación para convertir en jet privados los aviones comerciales del fabricante estadounidense.

Fuente: La Nación. Link. Imagen: La Nación.

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