El chofer de los cuadernos fue sargento carapintada. Es colega de Jorge O. Pacífico, involucrado en el atentado a la AMIA y en el armado de la causa contra Boudou. La historia de los cuadernos forma parte de operaciones para destruir el empresariado argentino a manos de Macri y los yanquis.

Otra reveladora nota alumbró el por 30 años periodista dominical de Página 12 y hoy censurado por Macri, Horacio Verbitsky. La operación de los cuadernos está casi íntegramente armada por personeros de la dictadura genocida y carapintadas. Las “pruebas” (que no aparecen) y la investigación judicial (que de judicial tiene el nombre y de tormentos la práctica), tiene autores directos vinculados al régimen del ’76 al ’83 y discípulos de Seineldín.

Stornelli, además de amigo y proveedor de impunidad a “Rafa” Di Zeo, jefe de la barra brava de Boca, jefe de seguridad de Boca, operador de Macri en los juzgados, es yerno de Llamil Reston, ministro del interior de la dictadura genocida.

Bacigalupo, el amigo de Centeno que plantó los cuadernos, es un servicio de inteligencia, carapintada.

La operación se da en el marco de una avanzada yanqui, con su nuevo embajador, Edward Prado, interfiriendo en la justicia, obstaculizando causas graves como el atentado a AMIA y la muerte de Nisman. Con activa participación para desplazar empresarios argentinos por norteamericanos en los negocios lucrativos. Macri prendido.

Leé la nota de Verbitsky

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