Por Ramón Ábalo*

Superados los cientos de siglos primeros de vida, el ser humano se socializa en función de sumar esfuerzos para sobrevivir, lo que podía llevarle, incluso, a perderla en el intento. La violencia era permanente con el otro y lo común era encontrar la muerte en la búsqueda afanosa del alimento, del agua, de la vivienda, del territorio. Durante miles, millones de años, en paralelo a esa necesidad de sobrevivir a como sea, la animalidad se transforma en racionalidad, en el conocimiento paulatino de los fenómenos naturales, de la existencia misma. Y de sí mismo. Hasta que necesariamente tuvo que sumar para encontrar respuestas. Sumar a los iguales y conformar un orden colectivo que exigía, además del sustento vital, herramientas para la defensa de la integridad física, desde la violencia como también de la consecución y acumulación de las vituallas.

Nunca fueron suficientes en tanto esas sociedades aumentaban en número de componentes. Desde siempre, la vida superó a la muerte. Pero Dios el bueno creó el paraíso, al hombre y la mujer. Y de aburrido, a la serpiente y a la manzana. Y entonces fue el mal, en connivencia con  el bien. Adán  y Eva, aburridos también del paraíso, comieron la manzana, supieron e hicieron el amor y la descendencia se desparramó  por el mundo, hasta ser cientos, hasta ser millones en el planeta tierra.

Y primero que el goce de sus derechos, gran parte del ser humano sufrió la humillación y la prepotencia del más fuerte, el más poderoso. Pero a cada acción represiva -asesinato, explotación, miseria, esclavitud- y sin la mediación divina paulatinamente su condición humana lo llevó a enfrentar esos males, defendiendo así su integridad física y su dignidad como tal. La lucha por los derechos humanos se prolonga al momento. Como respuestas a esas luchas fue la guerra y los genocidios de los poderes dominantes: caciques, líderes, reyes, emperadores, presidentes, primeros ministros.

Historia, conceptos y evolución

Si la historia de la humanidad se contabiliza en millones de años, el concepto de Derechos Humanos, y su práctica, aparece recién con el Código de Hammurabi, con penas muy crueles para quienes practicaban la violencia, personal o colectiva. Posteriormente, las luchas de las comunidades por una vida mejor, se refleja también en la elaboración de documentos que reflejan, mínimamente, derechos que se traducen en la preservación de la vida y en las condiciones cotidianas de la existencia. En  la medida que se profundizan las contradicciones entre los menos y los más, las sociedades van logrando que la organización institucional -tribu, pueblo, monarquía, imperio, república- la incorporación a la estructura institucional -Estado, gobierno- que se reflejan en decisiones, decretos, leyes. Es decir en normas que son parte de las normativas que armonizan -o pretenden armonizar- al conjunto de la comunidad.

La temática de Derechos Humanos, su conceptualización responde a diversas etapas de la humanidad como asimismo al nivel de tratamiento que se le da, desde las experiencias culturales como las costumbres y tradiciones, desde el conocimiento filosófico, desde la sociología, desde la ciencia y el arte.

Para los organismos de Derechos Humanos lo conceptual es una generalización de esos saberes:

ALLÍ DONDE HAY UNA NECESIDAD, HAY UN DERECHO HUMANO A SATISFACER

Y se agrega: Esa satisfacción tiene que ser políticas del Estado, o de los gobiernos que lo representan. Siempre el Estado deberá asumir una conducta ante esos derechos, o sea cumplir determinados -o hacer cumplir- determinadas obligaciones a quienes tienen el poder de otorgarlas. Para que esos derechos deban cumplimentarse, pueden complementase y reconocerse en un ámbito real, o sea el Estado debe encontrarse en democracia. O lo que se dice, un Estado de Derecho.

A pesar de las contradicciones políticas, económicas y sociales, en gran parte del mundo se ha logrado construir una definición práctica de esos derechos. Por ejemplo, el Derecho Civil, un patrón objetivo para juzgar las conductas desde los derechos y las libertades individuales. Se admite la concepción moderna para proteger la dignidad humana, es decir fundamentalmente el Estado. En Inglaterra, batallas en defensa de los derechos individuales para limitar el poder del rey, allá por 1628 y 1689. Los contenidos de estos documentos se reflejan en la revolución libertaria que rompió con la égida de Inglaterra, y la Revolución Francesa, ambas en el Siglo XVIII. Y en nuestra Patria, la Revolución de Mayo proclama el derecho a la propia determinación de los pueblos del sur de América a ser artífices de sus propios destinos, aprobadas en la llamada Asamblea del año XIII, derechos para los esclavos, la destrucción de los signos de la opresión colonialista de España, como los títulos de nobleza.

Después de la constitucionalidad de 1853, los pueblos de esta parte del mundo levantaron muy alto las banderas de los derechos del ciudadano, como el voto universal, obligatorio y gratis para la elección de presidente, gobernadores, legisladores, es decir de los responsables del Poder Ejecutivo, nacional, provincial y municipales como también los representantes a las legislaturas -diputados y senadores nacionales y provinciales- intendentes y concejales. La incorporación de otros derechos a las constituciones y al derecho (judicatura) consecuencia de las exigencias de los tiempos y las sociedades, en:

– Derechos de primera generación: los políticos, los individuales, los del ciudadano.

– Derechos de segunda generación: los económicos y sociales.

– Derechos de tercera generación: de los pueblos a determinar su propio destino. El caso de Cuba, y de todos los pueblos del mundo

En la Argentina

La temática de los DDHH en nuestro país ha alcanzado, institucionalmente, un nivel de los más altos en el universo todo, después de la dictadura genocida del 76. Y ello se ha debido a una lucha denodada y sin claudicaciones de los organismos de derechos humanos desde el mismo momento en que se inició ese ciclo nefasto. Incluso antes, enfrentando a las dictaduras que se dan en continuidad desde 1930, con el golpe militar del Gral. Uriburu. Por ejemplo, ya en 1937, en que se crea la Liga Argentina por los Derechos del Hombre, se enfrenta a una serie de represiones contra sectores del pueblo, especialmente de la clase trabajadora y de sectores de inmigrantes. Posteriormente, la realidad exige que otros proyectos de organismos similares se concreten por la lucha. En conjunto organismos y políticas institucionales, son un ejemplo en el mundo.

 

*El autor es periodista y activo militante por los derechos humanos. Secretario General de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre

Hacer Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada.