Mientras la selección argentina de fútbol preparaba el partido más importante del año, contra Brasil, Macri conspiraba contra su Director Técnico.

¿Influyeron las maniobras del Poder Ejecutivo en la derrota? Imposible saberlo. Horas antes del partido, Infobae, el sitio macrista de Daniel Haddad y Mario Montoto publicaba la siguiente nota:

Mauricio Macri tiene a un entrenador preferido para reemplazar a Scaloni

El presidente de la Nación tiene un nombre en la cabeza para comandar a la «Albiceleste»

No es el Cholo Simeone. No es Mauricio Pochettino. Tampoco el Muñeco Gallardo ni el Mellizo Barros Schelotto. En su momento Mauricio Macri había postulado a Jorge Almirón, justo antes de que se lo vinculara con Boca y finalmente tomara las riendas de San Lorenzo, pero el flamante DT del Al Shabab de Arabia Saudita no es su apuntado.

Macri habla mucho de fútbol y sobre todo cuando el ámbito lo favorece. El domingo pasado en Zurich, Suiza, visitó la sede mayor del fútbol donde recibió el premio Living Football Award, un reconocimiento que la FIFA entrega a las personalidades destacadas del mundo por las acciones que han liderado para el desarrollo del fútbol y el sostenimiento de los valores del deporte como vehículo para el crecimiento de las sociedades. En ese tipo de reuniones, en las charlas informales, Macri no se priva de opinar de sus dos equipos de cabecera: Boca y la Selección.

Tras la eliminación de Argentina de la Copa América, el Presidente de la Nación tiene en la cabeza a un entrenador que milita en el fútbol argentino y lo cree indicado para ocupar el puesto de Lionel Scaloni. El hombre en cuestión es Gabriel Heinze.

Acaba de renovar su vínculo con Vélez hasta fines de 2020 y está concentrado en el armado del plantel para afrontar la próxima temporada con el Fortín. De hecho, sumó a Fernando Gago, Maximiliano Romero y Tomás Guidara para potenciar lo hecho en la pasada Superliga.

El entrerriano de 41 años tuvo un inicio de carrera como director técnico a los tumbos: tras su retiro como futbolista en Newell’s debutó con el buzo de DT en 2015 con Godoy Cruz. Se estrenó sin su título (estaba en trámite), motivo por el cual debió dirigir algunos partidos desde la platea. En Mendoza duró apenas tres meses.

Al año siguiente fue convocado por Argentinos Juniors con la misión de devolverlo a la máxima categoría del fútbol argentino. Fue campeón de punta a punta, sacándole 11 puntos de ventaja al otro ascendido (Chacarita) y promoviendo a una base de canteranos que nutrieron al plantel profesional en la Primera y también sumaron a las arcas del club con sus respectivas ventas millonarias.

Pese al logro obtenido, optó por cambiar de aire y no continuar en La Paternal. Luego de un semestre sin club, Heinze fue tentado por el proyecto de Vélez, que buscaba potenciar a sus juveniles -tal como venía de hacerlo en el Bicho– pero en una situación muy diferente: los de Liniers estaban seriamente comprometidos con el descenso. A principios de 2018 reemplazó en el cargo a Omar De Felippe y, paulatinamente, fue convenciendo a propios y extraños con un estilo de juego bien marcado que fue acompañado por los resultados. El Fortín terminó siendo uno de los mejores equipos de la temporada pasada.

De la escuela de Marcelo Bielsa, quien lo «descubrió» para la Albiceleste de cara a las Eliminatorias de Alemania 2006, también mamó conocimientos de técnicos de la talla del británico Alex Ferguson (Manchester United), el alemán Bernd Schuster (Real Madrid), Gerardo Martino (Newell’s), José Néstor Pekerman y Alfio Basile (Selección). En el Mundial 2010 fue uno de los referentes el plantel de Diego Maradona en Sudáfrica (inclusive fue voz cantante junto a Fernando Gago para darle el visto bueno a Julio Grondona por su contratación de parte del plantel).

2004 fue un año que marcó su trayectoria profesional: falló un penal en la final de la Copa América disputada en Perú ante Brasil y luego se sacó la espina en los Juegos Olímpicos de Atenas siendo uno de los mayores del Sub 23 (los otros fueron Roberto Ayala y el KilyGonzález).

Es fiel a la palabra y respeta sus contratos vigentes. No concibe la idea de reunirse con directivos de un club que lo pretende mientras haya otro colega en funciones. Sin embargo, tiene una debilidad: la selección argentina. Hace unos días, Heinze recordó una anécdota: «Tenía 24 años y le dije al entrenador de mi equipo que, si quería rescindir mi contrato, lo rescindiera, pero que yo a los Juegos Olímpicos con Argentina iba a ir». Inmediatamente después de buscar en su memoria, aclaró que no tenía intenciones de desestabilizar el proceso de Lionel Scaloni ni sus colaboradores, con los que tiene relación.

Aunque el Gringo no tenga una cláusula de salida fijada en su contrato con Vélez para dejar la institución en caso de ser requerido por el combinado nacional, su obsesión por utilizar la indumentaria celeste y blanca puede llevarlo a romper su vínculo.

Es uno de los entrenadores emergentes del medio nacional. Sus características de técnico con prioridad ofensiva seducen a la cúpula de la AFA y también a Macri. Pero también sus cualidades en lo que refiere a la docencia, algo de lo que dio cuenta el Monito Vargas no hace mucho: «Da enseñanzas de vida, no sólo de fútbol. Y futbolísticamente me deja mucho. Es obsesivo, una persona que labura muchísimo y está en cada detalle».

Las crónicas de sus entrenamientos, preparación y pretemporada lo pintan como un estratega que está pendiente de todo. Entre otras cosas, limitó el uso de la Play Station y los teléfonos celulares en la Villa Olímpica (predio velezano) y también prohibió el contacto de los dirigentes con los futbolistas en vísperas de partido.

Macri lo postula, Tapia lo tiene en carpeta y Heinze se desvive por integrar la Selección algún día. Era un candidato tapado, hasta hoy.

Fuente: Infobae. Link. Imagen: El Salto.

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