El degenerado que ocupa la Casa Rosada apoyó la toma por la fuerza del Canal de Panamá por parte de Estados Unidos. Los adjetivos no alcanzan para un pervertido que avergüenza nuestro país.

Milei apoyó la decisión de Donald Trump de retomar por la fuerza el canal de Panamá

La decisión de Javier Milei de subordinarse a los Estados Unidos violando la soberanía de Panamá implica un giro alarmante en la política exterior de Argentina la cual podría verse seriamente dañada a futuro. 

La decisión del presidente argentino, Javier Milei, de romper el consenso de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) al rechazar un proyecto que respaldaba la soberanía panameña sobre el Canal de Panamá, marca un giro alarmante en la política exterior de Argentina. Este gesto de alineamiento genuflexo para con la geopolítica de Estados Unidos en general y de con Donald Trump en particular no solo traiciona una tradición histórica de defensa de la soberanía en América Latina frente a la injerencia de otras potencias , sino que también debilita la posición argentina frente a la disputa por las Islas Malvinas y otras cuestiones estratégicas en el Atlántico Sur y la Antártida donde Estados Unidos se reserva el derecho a reclamar territorios y donde a su vez el territorio reclamado por Argentina es ambicionado en su totalidad por el Reino Unido de Gran Bretaña.

El aval de Milei a los actos de fuerza: un precedente peligroso

El apoyo implícito de Milei a las intenciones imperialistas de Trump de recuperar el control del Canal de Panamá, bajo el pretexto de una “estafa” contra Estados Unidos, representa una grave claudicación al principio de respeto por el derecho internacional de no injerencia y respeto a la integridad territorial de los países. Desde la independencia, Argentina ha defendido la soberanía como un pilar de su política exterior, consolidando alianzas regionales para enfrentar las amenazas de las potencias coloniales tal como lo atestigua la doctrina Drago. La decisión de bloquear el apoyo a Panamá erosiona ese legado y envía una señal preocupante al Reino Unido de que Argentina podría abandonar su posición histórica frente a las Malvinas o bien asintiendo de forma cómplice el avance británico en el Atlántico Sur el cual a inicios del año pasado vio incrementar su coto de usurpación mediante el establecimiento unilateral de un “Área Marina Protegida” en las Islas Georgias del Sur, ante el silencio cómplice del gobierno libertario, el cual luego ratifico la ignominiosa situación con el comunicado conjunto Mondino-Lammy.

El alineamiento de Milei con Estados Unidos en este caso tiene implicancias directas para la causa Malvinas. Al debilitar el compromiso de Argentina con los principios de soberanía y autodeterminación, el gobierno pierde legitimidad para reclamar el apoyo internacional en su disputa con el Reino Unido en especial en el marco de la CELAC organismo que viene apoyando decididamente el reclamo argentino. Esto ya viene sucediendo en parte con la postura cómplice de la cancillería libertaria en torno al conflicto palestino israelí, donde el gobierno libertario fue uno de los pocos países del mundo en votar contra del cese al fuego y que además ha promovido en contra del consejo de especialistas y diplomáticos el traslado de la embajada Argentina a Jerusalén.

En este contexto, Carlos Bianco, ministro de Gobierno bonaerense, lo expresó claramente: “¿Con qué argumentos va a pedir la Cancillería el apoyo internacional a nuestros derechos soberanos sobre las Islas Malvinas, cuando su gobierno los niega burdamente en otros casos?“. Esta contradicción puede interpretarse como un guiño al Reino Unido para avanzar no solo sobre las Malvinas, sino también sobre el Atlántico Sur y, eventualmente, la porción antártica reclamada por Argentina.

En palabras del ministro Bianco: “El Canal es de Panamá y las Malvinas son argentinas. Este lema continuará uniendo a los pueblos de América Latina, a pesar de la triste labor diplomática que lleva adelante Javier Milei”.

Ruptura con el legado y mandato de la Política Exterior

La decisión de Milei ha sido calificada como “vergonzante” por numerosos sectores. Bianco destacó que “nuestro país, que fue faro de las luchas de independencia y defensor incansable de la soberanía, hoy traiciona ese legado en otra muestra de servilismo ante los poderosos”. Esta postura también debilita la unidad regional que viene afrontando un proceso de deterioro importante desde el vaciamiento de la UNASUR llevado adelante de forma coordinada en épocas de Mauricio Macri y Jair Bolsonaro, un factor clave para resistir las presiones de las potencias extranjeras en especial de los Estados Unidos que en el marco de su disputa geopolítica con China busca mantener a la región como una zona cautiva de sus intereses e influjo, reafirmando a la misma como su “patio trasero”.

Una política exterior subordinada

Con esta maniobra, Milei consolida su perfil de alineamiento incondicional con los intereses estadounidenses, dejando de lado las prioridades históricas y estratégicas de la Argentina. Su rechazo a apoyar a Panamá ante el eventual avance de Trump y la insinuación del uso de la fuerza, establece un precedente que podría comprometer no solo la integridad territorial del país, sino también la cooperación regional frente a futuras amenazas. La Argentina de esta manera adhiere a una absurda y peligrosa política de poder sin disponer del mismo y aun más de padecerlo a manos de la potencias de la angloesfera como lo demuestra la presencia británica en el Atlántico Sur con su militarización permanente y el apoyo incondicional de los Estados Unidos a su histórico aliado.

Todo parece indicar que con el próximo gobierno trumpista, Milei está dispuesto a inmolar los pilares básicos de la política exterior Argentina en pos de rendir tributo a la nueva relación de subordinación, y mediante gestos concretos de sumisión y claudicación poder acceder ente otras cosas a nuevo financiamiento del Fondo Monetario Internacional (FMI) a fin de poder sostener la artificialidad del modelo económico libertario en el contexto de un año electoral y de una economía que lejos esta aun de mostrar signos claros de recuperación.

Fuente e Imagen: Primereando. Link.  

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