Por Alejandro Catterberg para La Nación*

Las elecciones que se desarrollarán hoy en Santa Fe y Mendoza son la segunda parada de un largo proceso electoral que se inició la semana pasada en Salta con la victoria del oficialismo y que culminará con el posible ballottage presidencial en noviembre próximo.

Esta noche será el turno de la oposición de festejar e impulsar su expectativa de triunfo nacional en octubre. En Mendoza, el radical Alfredo Cornejo en alianza con Pro obtendrá seguramente una amplia victoria. El kirchnerismo tiene como esperanza que la suma de sus tres candidatos alcance el porcentaje que conseguirá el intendente de Godoy Cruz. La cúpula nacional del radicalismo, encabezada por Ernesto Sanz, aprovechará este resultado para transmitir una imagen de éxito y crecimiento, y para afianzar su posición, cuestionada por algunos sectores dentro del partido, de acordar con Mauricio Macri.

En Santa Fe, el cuarto distrito electoral del país, se prevé un escenario parejo. El candidato de Pro, Miguel Del Sel, obtendría el primer lugar, aunque la suma de los candidatos del Frente Progresista podría superarlo. En esa primaria, Miguel Lifschitz conseguiría imponerse con facilidad sobre Mario Barletta. La sorpresa la puede dar el candidato del Frente para la Victoria, Omar Perotti, que lograría una elección superior a la que realizaron Agustín Rossi en 2011 y Jorge Obeid en 2013. En ninguna de estas provincias, Sergio Massa podrá mostrar buenos resultados. En Mendoza dio su apoyo tardío a Cornejo y en Santa Fe sus candidatos no lograrían alcanzar el 10% de los votos.

El domingo próximo será el turno de las elecciones primarias en la ciudad de Buenos Aires. Como muestra la encuesta que hoy publica LA NACION, el macrismo logrará una clara victoria. El kirchnerismo muy posiblemente conseguirá recuperar el segundo lugar como fuerza electoral que perdió en 2013 a manos de UNEN. Mariano Recalde, el preferido de Cristina Kirchner, será el claro ganador de la disputa interna del FPV. Pero el principal interés radica en saber quién ganará entre Gabriela Michetti y Horacio Rodríguez Larreta, ya que de allí saldrá seguramente el próximo jefe de gobierno de la ciudad. La disputa se presenta pareja, con una leve pero creciente diferencia a favor del preferido por Mauricio Macri y actual jefe de Gabinete del gobierno porteño. Rodríguez Larreta se impone con comodidad entre los mayores de 50 años y entre quienes votarán a Mauricio Macri a presidente. Gabriela Michetti recupera entre los más jóvenes y entre los votantes de los otros candidatos presidenciales. En estas elecciones, el massismo tampoco podrá mostrar un buen resultado, su candidato apenas obtiene el 2% de los votos.

La buena performance electoral que obtuvo el kirchnerismo en Salta y los no tan negativos resultados que se espera consiga en Mendoza, Santa Fe y la ciudad de Buenos Aires (mejorando, probablemente, los resultados que lograron en 2013) tienen su correlato en las tendencias de opinión pública que surgen de nuestras encuestas nacionales. Ha crecido en estos últimos meses el optimismo ciudadano, la evaluación del país y de la situación económica. Esto está produciendo el fortalecimiento y crecimiento del gobierno nacional y de la figura de Cristina Kirchner, que se ubica en niveles de popularidad previos a la devaluación de principios de 2014. En este contexto también se ha ido fortaleciendo Daniel Scioli, que aparece liderando claramente las primarias de agosto dentro del FPV y está al frente de la contienda electoral de octubre. También se ha consolidad en los últimos meses la figura y la base electoral de Mauricio Macri, que se ubica en un claro segundo puesto en la carrera presidencial y polariza con el FPV.

El sistema político argentino se está reorganizando y a diferencia de las últimas tres elecciones presidenciales la segunda fuerza electoral, independientemente de quién resulte ser, obtendrá un porcentaje muy superior a los que lograron Néstor Kirchner en 2003 (22%), Elisa Carrió en 2007 (23%) o Hermes Binner en 2011 (17%). El Frente para la Victoria conseguirá el voto histórico del peronismo, mientras que el acuerdo Pro/UCR/CC capturará mayoritariamente a los sectores de clase media urbana.

La reorganización y concentración de la oferta política y la paridad electoral que se espera en la elección presidencial es una buena noticia para un sistema que no ha encontrado equilibrio desde la erupción del «voto bronca» en octubre de 2001.

* El autor es uno de los directores de Poliarquía Consultores

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