El Congreso de la CGT integró sectores en su nueva conducción. Hay que ver su caminar para saber si levantará la voz de los trabajadores o defenderá intereses burocráticos.

Nació la nueva CGT con Moyano, pero sigue gobernada por los “gordos”

Caló fue relegado y el kirchnerismo también. Hubo apoyos al Gobierno, pero declamación de independencia política y rechazo a la flexibilización de Cambiemos.

Por Mariano Martín

La CGT renovó ayer su conducción por cuatro años con la reincorporación del sector que responde a Hugo Moyano y un caudal de adhesión inédito desde el retorno de la democracia, y con la garantía para los “gordos” de los grandes gremios de servicios de que continuarán en gobierno de la mayoría accionaria de la central obrera. El mecanismo acordado fue la consagración de un nuevo triunvirato donde continuarán Héctor Daer y Carlos Acuña y al que se sumará Pablo Moyano. La nueva estructura contará también, aunque en cargos subalternos, con el metalúrgico Antonio Caló (UOM), quien pretendía un lugar en la jefatura colegiada, y con el bancario Sergio Palazzo, otro de los que permanecía al margen por decisión propia desde 2016.

La nueva conducción, que implicó no sólo una victoria política de los “gordos” y de los “independientes” de buen diálogo con todos los gobiernos sino, sobre todo, un resurgimiento para el gastronómico Luis Barrionuevo, fue convalidada por el 90% de los sindicatos que participan de la vida interna de la CGT al cabo de un Congreso normalizador realizado en el predio de Parque Norte que contó, por primera vez en décadas, con la integración de todos los sectores internos de la organización. El otro eje de la renovación fue que por primera vez en los 90 años de historia de la central, el Consejo Directivo tendrá una constitución casi paritaria con mujeres a partir de una reforma estatutaria que consagró la presencia de ese cupo en todos los cargos por debajo de la Secretaría General.

La “nueva” CGT nació con la premisa de respaldar al gobierno de Alberto Fernández en el plano electoral y en la gestión pero al mismo tiempo de no constituirse en un “apéndice” de esa administración y de oficiar de valla de contención contra los proyectos de flexibilización laboral enunciados por la oposición política. En el documento difundido al cabo del Congreso y en los discursos de los dirigentes quedó plasmado el rechazo del sector a la inflación y la necesidad de defender el crecimiento del empleo como un ordenador de la vida económica y social.

El diseño final del Consejo Directivo mostró equilibrios entre los sectores internos pero una preeminencia de los grupos más tradicionales. De hecho el triunvirato, donde quedó al margen Caló, mantendrá un esquema ideado en 2016 con un integrante puesto por “gordos” e “independientes” (Daer), otro por el gastronómico Luis Barrionuevo (Acuña) y el tercero por Moyano, que designó a su propio hijo mayor (Pablo se ausentó tras alegar un pico de fiebre y se convirtió en el único secretario general en la historia de la central en asumir en ausencia). Se trata de una ecuación ya probada por los sectores hegemónicos porque les garantiza dos tercios de la cúpula vía la alianza con Barrionuevo contra el afán expansionista histórico de los Moyano. Así alegan que no se podrá repetir la experiencia del primer triunvirato, de 2004, cuando el camionero terminó por quedarse con la jefatura en soledad al año de gestión.

Por debajo del triunvirato continuará el estatal Andrés Rodríguez como adjunto; volverá el sindicato de mecánicos (Smata) con su segundo, Mario Manrique, como referente en la secretaría Gremial, y seguirá el albañil Gerardo Martínez en Internacionales. Recién el quinto puesto será ejercido por Caló como secretario de Interior, un área estratégica por su abordaje de las filiales de la CGT en todo el país pero de menor jerarquía y muy lejana a la pretensión del metalúrgico y de los sindicatos industriales que lo respaldan de quedarse con una de las oficinas generales.

Aunque la discusión con el metalúrgico fue áspera desde el arranque de la semana, ayer el pico de tensión se produjo a primera hora de la mañana, poco después de las acreditaciones de congresales en Parque Norte, cuando la “mesa chica” se propuso negociar con el sector de Moyano. Los aliados del camionero demandaban diez cargos sobre la treintena de secretarías en disputa. Tan ríspida fue la discusión que terminó por votarse una ampliación del Consejo Directivo de las 25 secretarías que tenía hasta ayer, a un total de 35, dos más de las ideadas inicialmente para abrir lugares a todos los espacios demandantes. Finalmente el sector de Moyano logró el control de ocho oficinas.

Fuente: Ámbito Financiero. Link. Imagen: Tiempo Argentino.

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