La escoria macrista encontró en Alfredo Casero un referente cultural a su altura. Nazi, insulta a la oposición por la pantalla de un canal de aire.

La metáfora para es falaz.

El que quemó la casa, metió tarifazos, FMI, hizo caer la economía, aumentó el desempleo, aumentó la pobreza, incrementó la desigualdad, empeoró la educación, la salud, destruyó la ciencia y la industria, fue Macri, único presidente desde 1983 que no asumió en medio de una crisis.

Lo insólito es que Macri se haya hecho eco del mensaje macartista.

Esta nueva agresión, desde el Estado, deja claro que todos los crímenes que Macri ya cometió y los que se apresta a cometer son parte de un proyecto de terrorismo de estado diseñado con saña y premeditación. Configura un delito imprescriptible sobre el que rige la jurisdicción internacional por ofender a la humanidad.

Sus crímenes y desfalcos corresponde probarlos por otra vía. Desde los asesinatos de Santiago Maldonado, Rafael Nahuel, las decenas de mutilados por su represión, los tarifazos para sus empresas, el latrocinio de terrenos fiscales, la censura, la cárcel a opositores por motivos políticos, las torturas, se probarán oportunamente. Lo que la perversión del flan muestra es que no podrá alegar que no formó parte de un plan intencionalmente diseñado.

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