Con bravatas delictivas, Macri ataca violentamente a quienes considera sus enemigos. En sus dichos expone su propio delito. Su objetivo explícito es bajar salarios.

En entrevista con el periodista macrista Marcelo Longobardi (Macri terminará la gestión sin conceder ni un solo reportaje a un periodista que no sea su partidario), Macri delinquió nuevamente al afirmar que Moyano “cobra para su gremio cosas por derecha, por izquierda”. Macri miente sin descanso (en eso no descansa) pero si hubiera justicia en Argentina no pasaría desapercibido que un presidente realice semejante afirmación. Si sabe algo ilegal tiene la obligación como funcionario público de hacer la denuncia, si no la hace (que no la hizo) omite sus deberes. Resulta muy impresionante ver un delito explícito en nuestra cara de parte de quien funge de presidente de un país.

Macri sostuvo en la entrevista conocida este jueves que “durante muchos años, en la década kirchnerista se profundizó, de cómo profundizo (sic) el estafar al otro, el apropiarme del trabajo del otro”. No te equivoques, Macri no hablaba de la plusvalía que según Carlos Marx, se quedan los empresarios. Lo aclara: “qué pasaba cuando la estiba, el practicaje, valía mucho más caro, se apropiaba de ese trabajo o lo dejaba sin trabajo. Que es la discusión que también tengo con Moyano. Cuando él cobra las cosas que cobra para su gremio, por izquierda, por derecha, lo que hace es dejar a mucha gente sin trabajo”.

Macri, el desempleador de la Argentina, echa la culpa a Moyano de dejar gente sin trabajo.

El sentido de su discurso tiene que ver con bajar los salarios y precarizar el empleo.

La fundamentación económica de la bravata, que la tiene en la lógica neoliberal, se basa en la idea ya planteada por el economista francés J. B. Say, que suele presentarse como el concepto de que “la oferta crea su propia demanda” o la autorregulación de los mercados. Esto es, todo desempleo se solucionará bajando suficientemente los salarios. Si hambreamos «suficientemente» a los trabajadores, entonces las empresas volverán a producir.

Ya en la tercera década del siglo pasado se demostró que los empresarios sólo producen cuando tienen demanda, cuando le compran sus productos, y si no hay quien compre sus productos, por muy “barata” que sea la mano de obra, no producen.

Ese “criterio” (que no es un criterio ni un error sino un engaño porque siempre los “errores” son justo lo que conviene a los ricos) que es de Macri, no es sólo de Macri. Está ampliamente difundido entre empresarios y políticos. Eso sí, no todos se animan a plantearlo con métodos mafiosos como Macri.

El reportaje (fragmento)

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