Aitor Nieto, militante de PODEMOS nos cuenta qué es podemos y qué representa en la política española

Por: Aitor Nieto

En mayo de 2011 nos vimos sorprendidos, arroyados por el 15m.  Movimiento transversal, líquido: a pocos días de las elecciones municipales y autonómicas hizo consigna de todos el “no nos representan”. Esto se entendió desde muchos espacios militantes como un conglomerado de reivindicaciones “apolíticas” (o mejor aún, pre-políticas, por dotar de una ideología que las estructurase). Y a esta impresión contribuyó otra de las consignas del movimiento “No somos de izquierdas ni de derechas, somos los de abajo y vamos a por los de arriba”.

A pesar de la consignas de voto nulo y contra el bipartidismo, los comicios de aquel año dieron una victoria aplastante a la derecha, que en noviembre conseguía mayoría absoluta en la Moncloa. La sospecha de la izquierda más paranoide vino a confirmarse: “la abstención sólo afecta a la izquierda, el 15m vino a beneficiar a la derecha.”

Del 2011 al 2014, frente a las duras políticas de austeridad, se vive una fuerte ola de protestas. Las formas se han reinventado tras el 15m: decenas de colectivos, “mareas”, dos huelgas generales en el año 2012, la iniciativa Rodea el congreso, y así hasta cerrar el ciclo con las Marchas de la dignidad (que llevaron a manifestarse en Madrid a más de 2 millones de personas) y la revuelta tras el frustrado desalojo de Can Vies en Barcelona.

El protagonismo político de estos tiempos parece exclusivo de los movimientos; a pesar de que Izquierda Unida, conglomerado de partidos, hacía suyas muchas de estas reivindicaciones, jamás logró movilizar a las gentes descontentas.  Así es como aparece en enero del 2014 el manifiesto Mover Ficha. En menos de 24h Pablo Iglesias consigue más de las 50.000 firmas de apoyo que había solicitado para encabezar un movimiento político que, en palabras del manifiesto, “transformase la indignación en cambio político”. Con la cita de las Elecciones Europeas de ese mismo año nace Podemos.

En estos comicios de convierte en 4ª fuerza con 1,2 millones de votos, pero, con que propuestas? Transparencia total, salvaguarda de los derechos sociales, impago de la deuda ilegítima, renta básica universal, transición energética, participación y primarias abiertas… Pero a medida que  las encuestas los convierten en opción de gobierno, parece que ciertas propuestas van moderándose. De impago se pasa a renegociación, de renta básica a renta de inserción… La consigna es conquistar la centralidad del tablero, de nuevo sale a nuestro encuentro el slogan del 15m “no somos ni de izquierdas ni de derechas”. Pero ¿Por qué esta consigna con propuestas claramente asociadas a la izquierda?

Podría decirse que por ganar votos del centro, pero sería demasiado simple. Hemos visto en nuestro país como las fuerzas llamadas de izquierda han jugado a las normas del neoliberalismo, siendo acaso socioliberales. Lo que se pretende al decir ni de izquierdas ni de derechas es redefinir la frontera de la izquierda, llevarla a nuevos territorios donde sea capaz de dar respuesta a las necesidades sociales, que se demuestran incompatibles con la lógica neoliberal. Así no es de extrañar que Syriza buscase apoyo para gobernar en la derecha nacionalista. El eje que empieza a articularse es el de los enemigos de la austeridad.

La posibilidad como país de hacer frente a la austeridad hace sonar las viejas cacerolas de la soberanía nacional, de la reclusión en el Estado-nación y la vuelta a la moneda propia. Pero de poco le sirve a un estado amurallarse contra la UE si a su vez se ve obligado a participar del mercado global (sería como querer combatir el paro cambiando las herramientas metálicas por otras de piedra). Sin embargo, la UE que conocemos hoy no dista mucho de este planteamiento: pues la UE consiste hoy día en un mecanismo de trasvase de riqueza pública a las manos privadas. No hay pueblo europeo ni verdadera unión. Y ante la desunión, lo que hay es un conglomerado de Estados donde (como siempre ha de suceder en estos casos) gobierna el más fuerte. Ya nos decía Hobbes que, a pesar de que los Estados estén pacificados, entre estados sigue rigiendo la norma del “todos contra todos”.

De ahí el deber de Podemos de salir a ganar las elecciones. Podemos siempre se dijo a sí mismo la palanca del cambio, ese movimiento informe que podría aglutinar todos los descontentos, todas las ganas de hacer un país justo y próspero. Veremos si es capaz de articular la escisión, esta España que se quiere soberana. Pues si finalmente fracasan Podemos y Syriza, veremos asomar la sombra del fascismo, que ya viene creciendo en muchos países de la unión. Esperando a exprimir la frustración, la pobreza, que son consecuencia necesaria de la precarización del trabajo y su desregulación, el fascismo parece incubarse en todos los puntos del territorio; identidades raciales, culturales y religiosas que ya vemos afirmarse con violencia.

Con esta perspectiva, creemos que es necesario ganar. El proyecto europeo, a estas horas quizá ya demasiado deteriorado, parece poder saltar por los aires. De ahí la necesidad de esta victoria. Y no está exenta, claro, de polémicas. La falta de pluralidad en la organización, las listas-plancha, la poca consideración en que se tiene a los círculos (cientos de asambleas locales que conforman las bases de Podemos) son sólo algunas de las objeciones, a las que hay que añadir la campaña de acoso y derribo de los medios. A dos meses de las elecciones en Cataluña y a cuatro de las generales, así pintan las cosas.

Está en el aire la propuesta de un Frente de izquierdas, cosa que Podemos ya ha rechazado. Ya advirtieron que para ganar no era necesaria la unión de las izquierdas sino la unión popular. Pese a las múltiples candidaturas que han surgido para las elecciones municipales, y que han logrado arrebatar a la derecha Madrid y Barcelona, la hipótesis no parece transportable. Por el hecho de que estas candidaturas municipales han nacido de movimientos de base, cosa que a pocos meses de las elecciones parece difícil articular en todo el estado. Veremos si finalmente se conquista la centralidad del tablero. Hay mucho en juego.

Anexos:

Caída del bipartidismo tras el 15m

http://indignado.org/wp-content/uploads/2014/08/intencion_voto_cis.png

Manifiesto Mover Ficha

http://www.cuartopoder.es/alsoldelacalle/files/2014/01/Mover-ficha-convertir-la-indignacio%CC%81n-en-cambio-poli%CC%81tico.pdf

Marchas de la dignidad

https://www.youtube.com/watch?v=LWTnN0EEUhI

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