La obscenidad de un allanamiento con el abogado insignia del grupo mafioso Clarín husmeando en la casa de su enemigo muestra los controles del grupo a resortes clave del poder.

Es bien conocido cómo sacan jueces de la galera para cualquier medida que necesiten. Los que se resisten son humillados en sus tapas. El mismo Lorenzetti al que extorsionaron con denuncias de viejas andanzas en Rafaela lo sabe. Lorenzetti entendió, les da trato privilegiado y las tapas desaparecieron.

Es patético cómo desde este grupo se pretende señalar supuestos vicios, supuestas corrupciones, supuestas faltas de republicanismo, cuando no hay realidad más evidente que el modo en que esta corporación mafiosa aprieta todo el sistema institucional.

Víctor Hugo no es Víctor Hugo. Víctor Hugo es la decisión de un pueblo de hacer política con autonomía, de tener una democracia, una democracia en que lo que decide el pueblo se respeta. Víctor Hugo somos todos.

No pueden dar esa discusión. Por eso el apriete, por eso la única respuesta que pueden dar al plan de ajuste que pregonan con Cavallo y otros economistas ortodoxos pululando por sus medios es que darán palos y censura.

Clarín es Clarín, un cáncer para la democracia. Lo lamentable es que la mayor parte de la oposición política también es Clarín. No hemos visto a ningún dirigente opositor señalar este abuso. Otra indignidad.

Víctor Hugo es hoy un símbolo en que queremos tributar la decisión de un pueblo de ser soberano.

Debate Mendoza saluda al periodista y te saluda a vos que lees estas líneas. Te pide que nos acompañes. Este es un emprendimiento para construir otra comunicación. Un ejercicio de liberación frente a la opresión que intentan los mafiosos. Nuestro mejor homenaje a Víctor Hugo, nuestro trabajo diario.

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