El complot oligárquico está en pleno desarrollo de la operación bloqueo y veto del proyecto de creación de un millón de puestos de trabajo. Sus medios percuten para lograr la legitimidad de impedir su aprobación.

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El proyecto de emergencia social se frena en Diputados

El oficialismo bloqueará la iniciativa aprobada anteayer en el Senado; en su lugar, dará impulso a la reforma del impuesto a las ganancias, reclamada por el gremialismo

Laura Serra

Por más multitudinaria que sea la manifestación que se realizará hoy frente al Congreso , convocada por la CGT y las organizaciones sociales, difícilmente se convierta en ley el proyecto de emergencia social y alimentaria que anteayer tuvo media sanción del Senado.

El oficialismo está decidido a bloquear en la Cámara de Diputados la iniciativa, que propone un aumento de emergencia del 15% en las asignaciones por hijo y por embarazo, y la creación de un millón de empleos formales mediante la reconversión de planes sociales. En el Gobierno cuestionaron el proyecto y lo calificaron como «una simple expresión de deseos» que, de aprobarse, provocaría un agujero fiscal de más de 100.000 millones de pesos anuales.

No obstante, en un intento de amortiguar el costo político que implicará la decisión de frenar el proyecto de ley, el oficialismo dará impulso a partir de la semana próxima a la reforma del impuesto a las ganancias, largamente reclamada por la CGT. La Casa Rosada no la envió todavía al Congreso, pero ya trabaja en la idea de darle media sanción antes de fin de año. Sería un gesto dirigido a sosegar el malestar de los gremialistas, que hoy estarán presentes en la marcha.

«Difícilmente lleguemos con los tiempos a aprobar la ley antes de fin de año, pero ya convocamos al ministro de Hacienda (Alfonso), Prat-Gay, a las comisiones para avanzar», anticipó una encumbrada fuente oficialista.

En cambio, el proyecto sobre emergencia social y alimentaria que impulsan el kirchnerismo y otros sectores de la oposición quedará trunco en la Cámara de Diputados por la combinación de dos elementos, uno formal y el otro político.

La razón formal es que sólo restan dos semanas para que finalicen las sesiones ordinarias en el Congreso y hoy expira el plazo para despachar los últimos dictámenes. Ergo, la única forma de que la iniciativa (que no tendrá dictamen de comisión) prospere en el recinto es forzar su tratamiento con el voto de los dos tercios de los miembros presentes. El oficialismo utilizará su número para bloquearle el paso.

«No podemos negar que hay una situación social compleja, pero este proyecto es muy liviano, tanto que ni siquiera dice cómo se va a financiar», anticiparon en el oficialismo.

Más allá de lo formal, están también las razones políticas detrás de la estrategia del oficialismo. Está claro que el Gobierno no quiere el proyecto y, como es de esperar, no lo incluirá en el temario de las sesiones extraordinarias del Congreso, que se desarrollarán el mes próximo. Pero el PJ moderado (léase el Frente Renovador, de Sergio Massa, y el Bloque Justicialista, de Diego Bossio) tampoco se rasgará las vestiduras por apurar la iniciativa en la Cámara baja.

«El proyecto es malo. Para aprobarlo, habría que hacerle infinidad de cambios», confió en voz baja a LA NACION un encumbrado diputado peronista. Además, están las limitaciones formales. «Necesitaríamos los dos tercios en el recinto. Es un número difícil y nosotros no vamos a bajar a la cancha si es para perder», admitió otro legislador cercano a Massa.

Por lo pronto, habrá que ver qué magnitud adquiere la manifestación de hoy frente al Congreso y cómo incidirá en los ánimos de los legisladores. «Hay tal volatilidad dentro de los bloques que sobrepasa, incluso, a los jefes de bancada. Lo que se decide un día puede cambiar de un instante a otro dentro del recinto. Nadie tiene mayoría. Por eso no descartamos que la oposición haga bulla para presionar por la ley en las próximas dos sesiones que nos quedan», admiten los oficialistas.

Presiones

Las presiones ya comenzaron. Los diputados Victoria Donda (Libres del Sur) y Leonardo Grosso elevaron ayer una nota al presidente de la Cámara baja, Emilio Monzó, para que reclame del Senado la media sanción del proyecto. «(La presidenta del Senado) Gabriela Michetti y Federico Pinedo frenan el proyecto de emergencia social para que no se trate antes de fin de año», advirtieron.

El oficialismo en la Cámara baja mira con atención la actitud del PJ. El massismo, por ahora, está más focalizado en presionar al Gobierno con la reforma en las escalas del impuesto a las ganancias, la bandera proselitista de Sergio Massa. Ayer, el líder del Frente Renovador insistió en que su bloque trabaja en una propuesta propia para «poner en la discusión cuánto menos tienen que pagar los trabajadores y cuánto más tienen que pagar otros sectores».

«Hay situaciones que son muy injustas y que tenemos que corregir. La renta financiera en la Argentina no está gravada. Si pagaran Ganancias los que se beneficiaron en las operaciones de dólar futuro, el Estado habría recaudado 11.000 millones de pesos», advirtió Massa.

¿Qué significa?

De la redaccción

Suele haber una distancia entre lo políticamente correcto, expresado en público, y las percepciones reales, manifestadas en reserva. Muchos diputados dirán que quieren tratar la emergencia social, pero no hay un gran convencimiento.

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Fuente e imagen: La Nación. Link.

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