Por: Pablo Guaycochea

En el espacio de entrevistas Conversaciones en La Nación que publica en su sitio web el diario de la familia Mitre tuvimos por estos días la posibilidad de escuchar una charla con Daniel Vila.[1]

Si nos pusieran en la encrucijada de destacar algo positivo de Daniel Vila casi sin dudar podríamos destacar la brutal y aberrante crudeza que por momentos tiene a la hora de declarar. Como ejemplo basta sólo recordar el discurso que en el año 2009 diera en la inauguración de la redacción multimedial de Uno Medios (icono del moderno estilo de precarización laboral de los trabajadores de prensa). En esa oportunidad Daniel Vila aseguró que el proyecto de ley de servicios de comunicación audiovisual que el gobierno nacional enviaba por esos días al Congreso tenía “una gravedad institucional y jurídica solamente comparable con el Golpe de Estado de marzo del setenta y… seis”[2].

Sabido es que en aquellos tiempos Vila hizo todo lo que estuvo a su alcance, y más, para intentar impedir que el proyecto se convirtiera en ley. Por estos días recuerda sin tapujos esas épocas de opositor furioso pero también advierte que una vez sancionada la ley hubo que cumplirla y en ese sentido “nosotros presentamos nuestro proceso de adecuación de la ley, en donde distribuimos las distintas empresas conforme lo que dice la ley, en algunos casos nos separamos como socios quienes éramos accionistas y en otros casos transferimos algunas empresas a parientes, pero bueno cumplimos con la ley”.

Eso si, la brutal y aberrante crudeza que advertimos en el Vila opositor a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual desaparece a la hora de opinar sobre el escenario político para el futuro inmediato. El costado duro da paso a la conducta diplomática que Vila ha sabido desplegar, por ejemplo, en su Vendimia Solidaria. Así, con cautela, sin arriesgar nombres y con total conciencia de las bondades de los poderes mediáticos Vila afirma que “en diciembre va a terminar una etapa en Argentina y cualquiera de los tres que gane y asuma la presidencia, necesariamente empieza un nuevo ciclo, con nuevas reglas de juego, en algún caso se profundizarán más que en otro pero veo a los tres cambiando no solamente algunas cosas de fondo sino también muchos estilos, otro clima.”

En la nota también se refleja ampliamente el espíritu privatista y empresarial del Presidente de UNO Medios, ahora América Medios. Se multiplican los guiños a las bondades del mercado, paradoja de un liberal que supo construir parte de su imperio sobre los hombros de trabajadores reunidos en una cooperativa que, en sentido estricto, cooperaba sólo con uno de sus cooperativistas. Sobre la base de esa pasión privatista cuestiona el programa Fútbol Para Todos. Plantea la posibilidad de volver a un sistema mixto mediante el cual un grupo de partidos se transmitirían en televisión abierta y otro en televisión por cable.

Otro punto a destacar de la nota es la confirmación de que aspira obtener un nuevo canal en Mendoza, en este caso en el marco de la TDA (Televisión Digital Abierta). Su interlocutor, el periodista Jorge Cretaz, transparenta la vinculación de Vila con la Universidad de Congreso y le pregunta:

– “¿Quieren tener otro canal de televisión?”

Vila responde:

– “Sí, se abrieron las nuevas frecuencias digitales, y bueno, tenemos la posibilidad vía la Universidad de participar de una, en este caso es una de estas frecuencias que no tienen una explotación comercial, son sin fines de lucro. O sea que desarrolla más que nada una tarea académica esa señal.”

En pocas palabras, Vila intenta vía la Fundación de la Universidad de Congreso (benditas sean las fundaciones para el mundo empresarial) acceder a una frecuencia de Televisión Digital en Mendoza. Este mecanismo, con distintas figuras, es replicado en varios puntos del país, en una clara búsqueda de adecuarse sin miramientos a la ley, y de disfrutar así de las bondades de licitar con espaldas anchas. Podríamos decir que la entrevista a Vila no muestra nada que no sepamos o podamos imaginar. Tal vez lo más interesante es pensar cómo impactan en lo concreto sus afirmaciones.

Pensemos lo comunicacional. Está claro que la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual impone una normativa con sobradas aristas que habilitan la aparición de nuevas voces. Y también está claro que esto se ha hecho efectivo, por ejemplo, en el surgimiento de decenas de radios escolares en todo el país. Sin embargo es evidente también que nos queda aún en el debe la tarea de lograr una organización sólida que nos permita apropiarnos con más fuerza de la ley.

Frente a la vorágine informativa que nos abruma, nuestro Clarín pasa desapercibido. El tercero o segundo (según palabras de su presidente) grupo de medios lo tenemos acá cerca (estar cerca es muy bueno). Y no solo tiene intereses creados en medios sino también en otras actividades de gran importancia para nuestra vida cotidiana.

Ellos entendieron las reglas rápidamente. Una vez sancionada y ratificada intentan cumplir la ley, y un poquito más. Aún cuando no queda muy claro si estas unidades de negocio comparten edificios, equipos, personal, etc. (tal vez esto debería ser comunicado con más claridad por la autoridad de aplicación) se han ocupado de mostrar un interés por adecuarse a la ley. Han comprendido el juego y lo juegan. Nos interpelan en nuestro propio terreno. Por eso ahora debemos redoblar los esfuerzos para lograr, de una vez por todas, estar a la altura de lo que hemos conseguido.

[1] Véase http://www.lanacion.com.ar/1827206-daniel-vila-la-pelea-por-la-ley-de-medios-la-gano-clarin

[2] Véase https://youtu.be/Zdq4bCqjock

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