Macri persigue al juez que expuso el terrorismo estatal y paraestatal de su gobierno, Alejo Ramos Padilla. Su ministro Germán Garavano fue personalmente al juzgado para provocar un incidente falaz que les permita recusar al juez.

Garavano “denunció” a Ramos Padilla, Garavano está hasta las manos. Extorsionó jueces, arregló libertad del delincuente Fariña a cambio de su falso testimonio, y múltiples delitos adicionales que surgen a la luz pública con la investigación del juez de Dolores. El ministro, conciente de sus actos, denunció al juez y ahora cierra la maniobra recusándolo. Es la típica maniobra de los reos para chicanear los procesos judiciales, sólo que el gobierno está conformado por delincuentes pero poderosos.

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