Como hace desde antes de asumir como presidente, Macri encubre y colabora a desviar la investigación del atentado a la AMIA.

De la mano de la derecha comandada por Netanyahu que se apropió de las más representativas organizaciones de la colectividad judía para ponerlas al servicio de una estrategia geopolítica de Israel, Macri desde su época de “Fino” Palacios como jefe de policía Metropolitana tuvo activa participación en el encubrimiento.

Palacios está procesado por destruir pruebas del atentado de 1994 y Macri lo puso como su policía estrella.

El encubrimiento del atentado es el botón de muestra y el caso cúlmine de la sumisión de la política exterior argentina pero también el de la cancelación de la democracia. Jueces, fiscales (como Nisman), medios (como Clarín), agentes de inteligencia, policías, embajadas extranjeras, servicios de inteligencia extranjeros, políticos argentinos, en un entramado, un complot para acusar a Irán del atentado a AMIA.

Sin embargo, como ratifica la investigación de Carlos Escudé publicada en España (porque en Argentina hay censura), no tienen una sola prueba para inculpar a Irán. VER.

Y como son tan poderosos, y como no tienen una sola prueba, se ponen violentos, como Macri y Garavano y realizan un papelón, cambiando a último minuto el representante del Estado en la querella, metiendo por la ventana un punto de Angelici, para salvar su gente de la condena por los delitos que cometió.

Lo explica Víctor Hugo Morales

Imagen: marchaverde.com.br.

Hacer Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada.