Patricia Bullrich encabeza una ofensiva para reclutar milicos que condicionen la democracia al servicio imperial.

Los vendepatria no decepcionan. Las hacen todas. Patricia Bullrich puso en sedición a la Gendarmería con una toma de posición política. Pero van por más. En una estrategia desbocada intentan juntar milicos golpistas. Ya vemos en la región que se animan a volver a los golpes, como en Bolivia.

En su nota dominical, Horacio Verbitsky relató las andanzas de Bullrich entre fuerzas de seguridad buscando soliviantarlas contra el próximo gobierno.

Con la postulada jefa del PRO estimulando motines en Gendarmería, esa fuerza entra en virtual sedición declarando su adscripción política.

Cabe recordar el involucramiento directo de Gendarmería en el crimen de Santiago Maldonado. Frente a ello, Bullrich mantuvo una férrea estrategia de encubrimiento que incluyó destrucción de pruebas, operaciones con servicios de inteligencia, intervenciones mediáticas a través de los mercenarios macristas de la pantalla que decían que Santiago estaba acá o acullá, presión sistemática sobre los jueces, espionaje a la familia de la víctima, entre muchos otros elementos.

Y fue también Gendarmería la fuerza elegida para falsificar una pericia acerca de la muerte de Nisman que quedará en los anales de las operaciones más bizarras y escandalosas de la historia argentina. Una palpable muestra del terrorismo estatal que los argentinos vivimos estos cuatro años de Macri.

Con el antecedente del golpe de estado en Bolivia, en que Macri y Gerardo Morales, gobernador jujeño, tuvieron participación directa, es evidente que el macrismo apuesta a una desestabilización del gobierno de Alberto que incluye el golpe de estado.

Para ello recurren a los de siempre.

Recurren a los de siempre porque son los de siempre. Como supimos desde el primer día, como sabe la calle, Macri basura, vos sos la dictadura.

Imagen: Infocielo.

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