El servicio de inteligencia argentino que operó durante la dictadura vuelve por sus fueros con el macrismo. En el mundo del revés atacan a la única presidente que se animó a desmantelarlo.

La persecución política contra Cristina adopta ribetes grotescos. Stiuso, el capo en las sombras de la SIDE durante décadas (y hoy también), que tiene secretos que nunca contó sobre la dictadura de la que fue represor, que encubrió el atentado a la AMIA, que extorsionó a políticos y jueces, que contrabandeó, es Stiuso el que, con ayuda de Marijuán y Clarín, ataca a Cristina.

Insólito, la mafia a cargo del Estado.

Ninguna garantía judicial vale. Con cualquier excusa ordenan la intervención de los teléfonos de Cristina, de cualquier funcionario, las publican por los medios hegemónicos y después ven de qué delitos los acusan, invirtiendo toda garantía, prostituyendo todo.

Esta operación muestra otra vez la asociación ilícita contra la república que gobierna la Argentina. Macri, los jueces y fiscales que persiguen opositores y Clarín, por lo menos, son partícipes necesarios de un ataque al estado de derecho.

La degradación de la democracia argentina es totalmente consistente con el modelo económico que se está instalando, se realimentan, se necesitan, uno y el otro.

Los argentinos de bien deben ser conscientes que todo lo que publican los medios hegemónicos es un engaño y que las operaciones en que se basan son ilegales. Mientras persiguen a Cristina, en 2016 empeñaron al país en 50.000 millones de dólares. Este año ya van por 14.000. Esos son dólares que entran por una ventana y la oligarquía que gobierna los fuga por la otra.

Aún en sus términos, la denuncia que anuncia Clarín en su tapa de hoy muestra que la mafia operaba ya en el gobierno de Cristina, que la AFI no respondía a sus mandos.

Stiuso, Marijuán y Magnetto en el complot macartista contra la república

Que recurran a involucrar a Stiuso es una señal de dos cosas: la debilidad del resto de los elementos que tienen contra Cristina y la participación del macrismo en el complot. Los espías, al menos uno como Stiuso, no se exponen si no es necesario y si no cuentan con la venia del jefe.

Imagen: kontrainfo.com

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