La entrada en vigencia de la Ley Mordaza no acalló las protestas en España. Cientos de personas siguen reclamando contra la norma. Greenpeace en una original acción consiguió subir a tres arriesgados activistas a una altísima grúa desde la que desplegaron banderas.

La oposición política ha prometido derogarla y las elecciones comunales recientes mostraron la erosión mayúscula de la representatividad del Partido Popular.

No suele ser al momento de presentar este tipo de legislación cuando más rechazo genera, sino que lo que ocurre es, simplemente, que la gente sigue haciendo lo de siempre.

Un caso emblemático es el de la Ciudad de Mendoza. Su intendente, Rodolfo Suárez, impulsó el año pasado una normativa similar. Restringe todo tipo de manifestación y, de hecho, ya ha multado sindicatos. En el colmo de la arbitrariedad el intendente ha participado de marchas que violan el llamado Código de Convivencia.

Repasá el manejo que el intendente de la Ciudad de Mendoza hace de la ordenanza represiva para perseguir opositores:

http://www.explicitoonline.com/2015/03/13/la-provincia-contra-el-codigo-de-convivencia-resulta-evidente-el-uso-deliberado-de-suarez-a-pasar-por-alto-la-marcha-por-nisman-mientras-multa-a-vinateros-y-artistas/

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