Devalúan el salario. La revolución de la alegría de los ricos ahora cuenta en verde su victoria política. Tienen los dólares para monetizar su bonanza en el exterior. El salario, jubilaciones, pensiones, asignación, todo, hoy vale mucho menos.

“VENGO A ANUNCIAR EL FINAL DEL CEPO”, DIJO PRAT-GAY AL PRESENTAR EL DESMANTELAMIENTO DE LA REGULACION DEL MERCADO CAMBIARIO

Venta libre de dólares, presos de las consecuencias

El mercado fija el valor, aunque el Gobierno lo orientará a que esté por arriba de 14 pesos. Para apurar la eliminación del “cepo”, el Gobierno se endeudará con bancos, dolarizará el swap con China y provocará una fuerte transferencia hacia los exportadores de cereales.

Por Tomás Lukin

El Ministerio de Hacienda y Finanzas desmanteló el esquema de administración del mercado cambiario. “Vengo a anunciar el final del cepo, el que quiera comprar dólares podrá hacerlo sin restricciones.” Con esa fórmula presentó el ministro Alfonso Prat-Gay el paquete de medidas que hoy serán acompañadas por una devaluación. Afirmó desconocer el precio que alcanzará la divisa y evitó precisar una cotización deseada para el dólar que unificará todas las operaciones pero ofreció un indicio del valor considerado representativo: “Catorce y pico”, indicó. “Hoy están dadas las condiciones para levantar las restricciones, lo hemos hecho lo más rápido que se pudo”, indicó el titular del Palacio de Hacienda al referirse a las promesas de ingresos de divisas realizadas por el sector agroexportador y las propuestas de financiamiento con bancos internacionales que negocia el nuevo equipo económico para garantizar la oferta de divisas. Cuando los bancos implementen los cambios, la única limitación para las personas y empresas con pesos disponibles para comprar moneda extranjera será el restaurado tope mensual de dos millones de dólares. El resto de las herramientas creadas a lo largo de los últimos cuatro años serán eliminadas: desaparece el sistema de validación previa de la AFIP así como las percepciones a cuenta del Impuesto a las Ganancias para las compras en el exterior y ahorro. Con la decisión de rehabilitar el flujo irrestricto de dólares para los importadores, el ministro Prat-Gay indicó que las empresas que acumulen pagos pendientes por importaciones embarcadas tendrán dos opciones. Podrán comprar las divisas de acuerdo un cronograma preestablecido o recurrir a mecanismos con títulos públicos para cumplir con esos pagos de manera anticipada. Adicionalmente, el nuevo equipo económico anunció la flexibilización de los controles para el ingreso de capitales especulativos vigente desde 2005: se reduce el requisito de permanencia a 120 días y se elimina la obligación de constituir un depósito no remunerado por un año de plazo por el 30 por ciento.

“Ojalá supiéramos cuál va a ser el valor del dólar. No hay número mágico, no nos confundamos. Esto es volver a la normalidad”, lanzó ayer Prat-Gay al ser consultado por el precio que alcanzará la moneda estadounidense a lo largo de las próximas jornadas. “Quédense tranquilos que no van a pasar las profecías hechas en campaña”, expresó el funcionario al intentar anticiparse a las posibles consecuencias regresivas de las medidas. Lo acompañaban el viceministro Pedro Lacoste y el secretario de Finanzas, Luis Caputo. En el flamante equipo económico están convencidos de que el impacto del salto cambiario sobre la inflación no será significativo y consideran que es un puntapié inicial para reactivar el crecimiento económico.

Desde su perspectiva, la devaluación ya está incorporada en los precios pagados por los empresarios y los aumentos son responsabilidad de la gestión anterior. La dinámica en las góndolas y experiencia histórica refutan esa premisa y permiten anticipar una contracción en el poder adquisitivo de los salarios. “La lógica de este anuncio es que nosotros retiramos las trabas para que ustedes los trabajadores, los microemprendedores, los creativos, los docentes, hagan lo que tienen que hacer sin que haya un Estado que les esté diciendo: ‘usted puede hacer esto, usted puede hacer lo otro’”, fue la máxima liberal a la que recurrió el ex banquero central entre 2002 y 2004.

El paquete de medidas que desechan las restricciones vigentes para la compra de divisas serán implementadas con diferentes normativas del Palacio de Hacienda, el Banco Central y la AFIP. Para tomar la decisión, siempre desde la visión del funcionario, primero fue necesario eliminar las restricciones, alcanzar un acuerdo con quienes habían comprado contratos de dólar futuro, fondos para reforzar las reservas. “Veremos mañana (por hoy) qué es lo que va a pasar. El régimen cambiario va a ser de flotación sucia, va a haber fluctuaciones en el tipo de cambio, pero va a haber un Banco Central con las herramientas suficientes como para comprar si cree que bajó demasiado o vender si cree que subió demasiado”, prometió el ex banquero del JP Morgan Chase que ayer reinauguró el microcine ubicado en el quinto piso del Palacio de Hacienda.

Promesas verdes

“Entre nosotros decíamos que necesitábamos un ingreso adicional de 10.000 millones de dólares para tener la confianza para levantar las restricciones cambiarias. Esto es un trabajo en progreso pero estamos cómodos porque en las próximas cuatro semanas ingresarán al país entre 15.000 y 25.000 millones de dólares”, lanzó el funcionario de Mauricio Macri al esbozar los motivos que le permiten deshacer el cuestionado sistema de parches establecido para administrar la escasez de divisas y frenar la fuga de capitales.

La doble transferencia de ingresos que representan la eliminación de las retenciones y el nuevo valor del dólar de “catorce y pico” posibilitó un “acuerdo” con las multinacionales cerealeras. Las exportadoras agroindustriales se comprometieron a ingresar 400 millones de dólares por día durante tres semanas, o flujo semanal de 2000 millones de dólares. El refuerzo de las reservas internacionales se complementará, según indicó Prat Gay, con una operación contingente de financiamiento ofrecidas por un grupo de bancos extranjeros por aproximadamente 8000 millones de dólares. Ese mecanismo será implementado a través del Banco Central para sortear el accionar extorsivo de los fondos buitre.

Una tercera pata de ese acuerdo la negociación con el Banco de la República Popular de China para convertir a dólares una porción de los yuanes del swap habilitado el año pasado. Desde la autoridad monetaria indicaron que son 3100 millones de dólares que estarán disponibles para diferentes operaciones. “Con esa tranquilidad es que hoy nos animamos a levantar esas restricciones; sin esa tranquilidad, por supuesto, que no hubiéramos podido hacerlo”, aseveró el funcionario.

Turismo y ahorro

“Desaparece el dólar tarjeta y el dólar turismo”, sentenció Prat-Gay. Las nuevas medidas habilitan a las personas físicas y jurídicas podrán comprar “libremente” moneda extranjera y otros activos externos por una suma equivalente de 2 millones de dólares mensuales. Eso quiere decir que se eliminó el requisito de validación y registración fiscal previa en el Programa de Consulta de Operaciones Cambiarias de la AFIP para poder efectuar las transacciones.

A quienes están de vacaciones en el exterior se les dejará de sumar a sus compras con tarjeta de débito el 35 por ciento a cuenta del pago del Impuesto a las Ganancias, y las transacciones serán liquidadas al tipo de cambio oficial vigente del día. Si un turista tiene cargos en moneda extranjera en su tarjeta de crédito que todavía no aparecieron en el resumen, se pagarán utilizando la cotización del momento de pago. La excepción serán los paquetes de turismo al exterior que se contraten en efectivo. En esos casos, la autoridad fiscal que ahora encabeza Alberto Abad realizará una retención del 5 por ciento a cuenta del Impuesto a las Ganancias. “Es para darle una ventaja al que está bancarizado a diferencia del que no lo está”, consideró Prat-Gay.

Los que importan

“La idea es que se pueda importar y exportar libremente”, prometió el funcionario, que también estuvo acompañado por los responsables del Ministerio de Producción. A la eliminación del sistema de declaraciones juradas anticipadas de importación se suma, a partir de hoy, la liberalización del mercado cambiario para los pagos de importaciones de bienes y servicios. Un nuevo paso en el proceso de apertura comercial previsto por el nuevo gobierno. Tampoco deberían tener dificultades para acceder a las divisas quienes deban realizar “pagos de importaciones anteriores avaladas con cartas de créditos de bancos locales o por organismos oficiales de crédito”. Desde el BCRA precisaron que para regularizar los pagos pendientes por importaciones embarcadas, un stock que ronda los 5000 millones de dólares, se establecerá un cronograma para cursar los pagos hasta mediados del año próximo. Como alternativa, se instrumentarán mecanismos vía títulos públicos para cumplir con esos pagos de manera anticipada. “El gran objetivo es que la rueda vuelva a rodar. Nadie tiene la vaca atada. Este es un trabajo que vamos a ir midiendo”, concluyó Prat-Gay.

Fuente: Página 12

Salarios en el blanco

Por Alfredo Zaiat

Resulta ilustrativo exponer la secuencia de las medidas económicas del gobierno de Macri, como propuso al inicio de su conferencia de prensa el ministro Alfonso Prat-Gay, para comprender cuál es su objetivo central. La megadevaluación anunciada ayer, sin precisar el “número mágico” pero sugerido en 14,25 pesos (como mínimo equivale a un alza del 45 por ciento respecto del tipo de cambio oficial de ayer), es una de las principales iniciativas pero no la única del plan económico. La desproporcionada alteración de la paridad cambiaria forma parte de un paquete que tiene un blanco predeterminado: la definición de un nuevo estadio de la distribución del ingreso, regresivo a partir de ahora rompiendo con la tendencia de los últimos años. Esto será así porque se está afectando en forma negativa el poder de compra de trabajadores y jubilados, con la lejana promesa de un acuerdo social para convalidar ese retroceso. Detrás de la presentación marketinera “fin del cepo”, lo que se anunció fue una megadevaluación con el objetivo es bajar la incidencia del salario (en pesos y en dólares) en el costo de las empresas. La fuerte transferencia regresiva de ingresos es indudable y no se logra disimular con la alegría que buscó transmitir Prat-Gay por terminar con las restricciones para la compra de dólares. Es una alegría sorprendente teniendo en cuenta la historia económica argentina con las bruscas devaluaciones.

Previo a detallar el recorrido de las medidas es conveniente saber que no era necesario semejante ajuste en ninguna de las variables económicas. La economía argentina no está en crisis aunque sí enfrenta tensiones cambiarias, inflacionarias, fiscales y del sector externo. Solo el repiqueteo –acción que está proponiendo el macrismo para la difusión de análisis económicos en los grandes medios amarillos– de la falacia acerca de la inexistencia de reservas y del desborde del déficit fiscal justifican los bruscos cambios que Macri dispuso en retenciones, en el tipo de cambio y en la administración del comercio exterior. Es una decisión política deliberada realizar un ajuste de semejantes proporciones. Ajuste que no se inició con la efectivización de las medidas, sino cuando fueron anunciadas el mes pasado por sus economistas. Por eso en la evaluación de la actual gestión económica no hay que estar distraídos y saber que comenzó en noviembre, pese a la intención de Prat-Gay de eludir esa carga al señalar que su referencia son los precios del 30 de noviembre. Adelantar iniciativas que históricamente aquí y en cualquier otro país son informadas de un día al otro para evitar especulaciones y comportamientos defensivos de agentes económicos fue una de las innovaciones de los economistas de Macri. Por eso la inflación y el deterioro de la actividad económica de noviembre, extendido con mayor intensidad en este mes, es responsabilidad de Macri, aunque su ministro de Hacienda y Finanzas pretenda desentenderse.

La sucesión de medidas comenzó con la eliminación de las retenciones a las exportaciones del complejo agrario –y reducción de 5 puntos a las de la soja–, de economías regionales e industriales. Significa una transferencia de ingresos de unos 30 mil millones de pesos anuales teniendo en cuenta un valor del dólar de 9,80, que se eleva a unos 60 mil millones de pesos en 2016 al nuevo tipo de cambio entre 14,50 y 15,00 pesos. También implica un aumento de los precios internos de esos productos de exportación y de sus derivados (por ejemplo, el cerdo que se alimenta con maíz). El impacto inflacionario de esa medida no puede disimularse.

Prat-Gay reiteró una confusión deliberada para justificar su megadevaluación afirmando que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner en ocho años lo hizo “en 230 por ciento” (para no cultivar la ignorancia vale señalar que no existe una devaluación del 100 por ciento –desaparición de la moneda–, lo que hubo fue un aumento del tipo de cambio en esa proporción). La diferencia sustancial es que esa variación fue en ocho años con una política de ingresos progresiva que permitió avances en términos reales del salario y las jubilaciones. En cambio, el fortísimo ajuste cambiario de Prat-Gay es aplicado en un solo día sin ninguna iniciativa de compensación en los ingresos de trabajadores y jubilados. Integrantes de esos grupos sociales que se sentían bajo tortura financiera porque no podían comprar dólares libremente, ahora no lo van a poder hacer por el alza de la paridad y por la caída de la capacidad de ahorro porque el shock inflacionario está deteriorando el presupuesto familiar. No podrán comprar dólares pero lo harán con alegría.

El otro paso del plan económico de Macri es la apertura comercial, liberalizando las exportaciones de productos de la canasta básica y la eliminación del principal instrumento (DJAI) para evitar el ingreso irrestricto de importaciones. Lo primero presiona aun más sobre la tasa de inflación por el lado de la competencia entre el abastecimiento interno y las ventas al exterior y por el impacto pleno del precio internacional en el mercado local. En sentido contrario, las importaciones servirán para frenar los aumentos de precios pero con consecuencias negativas sobre la producción nacional y el empleo. Es una estrategia de menos inflación con más desempleo.

La medida no mencionada ayer por Prat-Gay pero que constituye otro pilar importante del programa contra el salario es la reducción y hasta eliminación de los subsidios en servicios públicos esenciales (inicialmente en luz y gas; sin definiciones por ahora en transporte). Aquí la obsesión es el nivel de gasto público y el déficit fiscal, entonces buscan compensar la pérdida de recursos por la eliminación de retenciones con menores subsidios. Pero la megadevaluación aumentará esa cuenta por el costo de la energía importado, salvo que también lo trasladen al consumidor, lo que las tarifas subirían todavía mucho más de la estimación inicial. Un alza que se reflejará en la tasa de inflación.

Para sostener estos cuatro frentes del plan económico (retenciones, devaluación, apertura y menores subsidios) que provocan un shock inflacionario que el Indec-Todesca anunció que no medirá, Prat-Gay apelará a la suba de la tasa de interés para desalentar la compra de dólares y al endeudamiento desenfrenado. Fue impactante la alegría expresada por el ministro cuando informó que no serán 10 mil millones de dólares, sino de 15 mil a 25 mil millones de dólares el monto del blindaje financiero. Es un paquete de deuda que estará completado en cuatro semanas, confió el ministro. Por ahora se tiró a una pileta que sólo estará abastecida con 400 millones de dólares diarios por adelantos de las exportadoras de cereales. Además, disparar la tasa de interés tiene un efecto negativo sobre el nivel de actividad con el objetivo de no alimentar la corrida cambiaria. Es recesivo y una trampa de difícil salida, como enseñan situaciones similares de las décadas del 70 y 80.

El plan económico de Macri, que tiene la innovación de un ministro presentando una megadevaluación con alegría por el “fin del cepo”, apunta a redefinir una distribución regresiva del ingreso. El salario y las jubilaciones quedaron alcanzados de ese modo por el dardo de Prat-Gay.

Fuente: Página 12

Desde el FPV cuestionan la medida: «No es el fin del cepo sino una brutal devaluación»

Kicillof y otros diputados están en contra de la disminución en el valor del peso; «Van a triplicar las ganancias de los exportadores mientras se licúan los salarios de los trabajadores», dijo Depetri

Los diputados nacionales por el Frente para la Victoria (FPV),Axel Kicillof y Edgardo Depetri, cuestionaron la medida del ministro de Economía nacional, Alfonso Prat Gay, que anunció esta tarde la liberación del tipo de cambio que devaluará la moneda.

El diputado nacional y ex ministro de Economía Axel Kicillof,consideró «es una devaluación, no tiene otro nombre. Estamos analizando el programa económico que de alguna manera se había preanunciado, absolutamente ortodoxo y en consonancia con lo que planteó siempre el Fondo Monetario Internacional (FMI)», señaló.

«No es mucha sorpresa pero lo están llevando adelante de una manera prácticamente atolondrada. Lo que golpee al bolsillo de los trabajadores nos va a encontrar a nosotros del lado de la mayoría», agregó.

«No se trata del fin del cepo sino de una brutal devaluación que va a triplicar las ganancias de los exportadores mientras se licúan los salarios de los trabajadores», agregó el diputado nacional por el Frente para la Victoria, Edgardo Depetri

Fuente: La Nación

Ilustración: Mendoza Opina

Hacer Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada.