Jorge Fernández Díaz: "Es aberrante ser militante y periodista a la vez"

El periodista y escritor – y actual secretario de redacción de La Nación- fue entrevitstado por MDZ Radio y dijo lo siguiente:

El fundador de la Revista Noticias, padre de «El dilema de los próceres», «Mamá», «Corazones desatados» y «El Puñal» por mencionar alguno de sus títulos y actual secretario de redacción de La Nación, reflexionó sobre el periodismo y contó cómo llegó a la profesión en una entrevista al programa «Tormenta de Ideas».

¿Cómo llegas al periodismo?

Mirá yo primero quise ser escritor a los 12 años cuando estaba leyendo «La Señal de los Cuatro» de Arthur Conan Doyle y me dije a mi mismo ‘quiero hacerle a los demás lo que este tipo me está haciendo a mi’. No sabía que eso era escribir o ser escritor. Luego, me di cuenta que el modo para que me pagaran por escribir, era el periodismo.

Pero sucedió un hecho inesperado, que es que el periodismo me enamoró de manera completa. Yo viví mucho tiempo en conflicto entre periodismo y la literatura, como si una fuera mi esposa y la otra mi amante.

Se disputaron el uno, con el otro, mi tiempo y energía. En el libro «Mamá» yo fundí las dos cosas y me dí cuenta de que podía ser un feliz bígamo.

Donde yo me volví un profesional de verdad fue en La Razón de [Jacobo] Timerman. En ese momento, entrar en el periodismo era hacer la bohemia, nadie se metía por llegar a la televisión, o para ser un factor de poder.

Nos metíamos porque era el mejor oficio del mundo.

¿Que pensás del periodismo de hoy?

Es como un hospital, hay muchas formas de ser médico. No se pueden comparar peras con manzanas. Todos son necesarios y en cada especialidad están siempre los mejores y los peores.

Está faltando calidad en el lenguaje y eso tiene que ver que los diarios de papel están en decadencia y parecería que Internet no está reclamando buena prosa.

Antes las redacciones estaban llenas de grandes bohemios alcohólicos que leían mucho. Nos falta, lo que tienen los diarios de España, que cuentan con grandes articulistas.

Aquí falta esa cultura del articulismo de la crónica bien narrada, nos hemos quedado atrás.

A mí me cuesta mucho escribir. Yo tardo no menos de 8 horas. Intento que mis textos tengan ritmo, con una buena estructura interna y las palabras tengan cadencia. Nada sale de taquito, a mí me cuesta mucho. Por ejemplo, para escribir una novela como «El Puñal», me costó tres años. Ahora, estoy escribiendo otra novela y es una angustia permanente.

¿Cómo te llevás con el periodismo militante?

El periodismo se debía una autocrítica. Pero después hubo una especie de guerra con el periodismo que empezó con los generales y terminó con la infantería.

Me parece imperdonable decir que el gran enemigo del Estado es el periodismo. Y cuando habló de periodismo no hablo de Héctor Magnetto, hablo de cualquier redactor.

El problema éramos los periodistas. En esto se enmarcaron los intelectuales y profesores de la universidad que nos odian, nosotros no sentimos lo mismo por ellos. Pero ellos nos odian. Les hicieron la cabeza con esta tontería de la militancia, y digo tontería, porque cualquiera debe tener convicciones políticas e incluso un sistema ideológico de pensamiento, me parece muy bueno eso, mientras que por tus intereses no ocultes algo, porque ahí sí se estaría traicionando al lector.

Ampararse en la militancia como si fuera virtuoso y agarrar a Rodolfo Walsh para eso, es un mal entendido.

Fue un escritor no un periodista de profesión. No se qué hubiese pensado Wash de este periodismo que el combatía.

Yo tengo una posición de la democracia, pero no trabajo para [Sergio] Massa o para [Mauricio] Macri. Los periodistas militantes trabajan para un partido político. No para una idea.

Me parece una aberración ser militante de un partido político y ser periodista al mismo tiempo, salvo que vos vivas de la opinión.

Creo que hay dos clases de periodismo el de los datos duros y el de ensayo y la intelectualidad. Los hechos son sagrados y las opiniones discutibles. Ahora, los hechos son sagrados.

Defiendo que un periodista tenga un sistema de pensamiento, pero no que esté encuadrado en un partido político.

Escuchá la entrevista: