El fallo de la jueza militante, Arroyo Salgado, no pone fin a nada. Sólo libera de culpa a la dueña de Clarín, aliada de la jueza en sus causas cívicas. La duda sobre quiénes son los padres biológicos de Marcela y Felipe continúa y como tantas veces hicieron las Abuelas y las Madres será cuestión de mantener la llama encendida, la verdad llega.

Así lo cuentan ellos

Sobreseyeron a Ernestina Herrera de Noble en la causa por apropiación de niños

Fue la jueza Sandra Arroyo Salgado. Consideró que «no existe motivo bastante de sospecha».

La jueza Sandra Arroyo Salgado ordenó ayer el sobreseimiento de Ernestina Herrera de Noble en la causa en la que había sido denunciada por presunta apropiación de hijos de desaparecidos durante la dictadura militar.

La magistrada tomó la decisión al entender que en la causa, iniciada en 2001, no existía evidencia alguna que probase los hechos por los cuáles fuese acusada. «En atención al resultado negativo que arrojó el peritaje de ADN a los fines de establecer vínculo biológico con los grupos familiares de personas desaparecidas durante la última dictadura militar que integran el Archivo Nacional de Datos Genéticos, no existe motivo bastante de sospecha», sentenció la jueza al rechazar, además un pedido del fiscal Fernando Domínguez para una nueva declaración indagatoria de Herrera de Noble.

La causa había sido tomada como bandera por el kirchnerismo para hostigar al Grupo Clarín. En el año 2011, tras el cotejo de los respectivos ADN, había quedado totalmente establecido que, pese a las acusaciones, Marcela y Felipe Noble Herrera no eran hijos de personas desaparecidas.

«Resuelvo: Sobreseer a Ernestina Laura Herrera de Noble en la presenta causa, en orden a los hechos por los que fuera indagada, dejándose constancia que la formación del presente no afecta el buen nombre y honor», dictaminó ayer la jueza de San Isidro.

Así, el dictamen de Arroyo Salgado cierra la causa iniciada por las Abuelas de Plaza de Mayo hace 15 años, en los que, pese a las pruebas,no faltaron hechos como la extracción compulsiva de sangre y hasta la detención de la directora de Clarín.

En diciembre de 2002, y sin siquiera citarla a declarar, el ex juez Marquevich había ordenado la detención de Herrera de Noble. Por haberlo hecho sin causa, prejuzgando y con manifiesta enemistad, tal como dictaminó la Justicia, primero la Cámara lo separó del caso y luego el Consejo de la Magistratura lo destituyó como juez.

Luego asumió la causa el juez Conrado Bergesio, quien la tuvo hasta abril de 2010. A lo largo de todos esos años (y luego de decenas de testimonios) no aparecieron elementos ni indicios que vinculen a Marcela y Felipe con familias de desaparecidos ni a Ernestina de Noble con la apropiación de personas durante la dictadura militar.

Sin embargo, el kirchnerismo y sus aliados insistieron una y otra vez con la causa, amenazando con llevar el tema a tribunales internacionales si no había un fallo a favor de su postura. No faltaban los cantos contra el diario y su directora en cada acto que encabezaba Cristina de Kirchner quien, sin nombrar a Herrera de Noble, hacía alusiones constantes a la causa que impulsaba el gobierno.

Los hijos de la señora de Noble, por su parte, siempre sostuvieron que lo que se perseguía era un fin político y no un afán de saber su identidad, y rechazaron el uso constante que funcionarios vinculados con el kirchnerismo hicieron del tema para atacar a su madre y al diario.

Cuando Marquevich fue separado de la causa, Marcela y Felipe consintieron en el año 2004 que el estudio se haga en el Cuerpo Médico Forense – máxima autoridad médica dentro del Poder Judicial -, pero el estudio no pudo hacerse por negarse a ello Abuelas y los supuestos familiares, quienes interpusieron recursos que llegaron a la Corte Suprema de Justicia.

Cuando la Justicia finalmente resolvió que asistía razón a los jóvenes Noble Herrera y que ese examen era el más justo y equitativo para ambas partes, estos voluntariamente entregaron sangre y saliva en el Cuerpo Médico Forense.

También en forma simultánea con ello el juez Bergesio, al día siguiente que los jóvenes entregaran sangre y saliva para los estudios de ADN, ordenó un allanamiento a los domicilios de Marcela y Felipe Noble Herrera del que obtuvo prendas íntimas de vestir.

En 2010 tomó el caso la jueza Sandra Arroyo Salgado, quien puso en duda la correcta extracción y conservación de la sangre y saliva, y también sobre el allanamiento. En base a eso ordenó que la policía siguiese a los jóvenes al salir del Juzgado. Tras una verdadera persecución policial, personal del Juzgado, testigos y personal técnico ingresaron a la casa de Ernestina de Noble y frente a testigos Marcela y Felipe Noble Herrera fueron obligados a desvestirse y entregar la ropa que tenían puesta.

Finalmente, luego de innumerables pruebas, el examen realizado en el Banco Nacional de Datos Genéticos confirmó que Marcela y Felipe Noble Herrera no eran hijos de las dos familias querellantes, Miranda-Lanoscou y García Gualdero, que reclamaban la paternidad de los dos jóvenes. El examen se hizo en el Hospital Durand, donde se comparó el material genético de Marcela y Felipe -que se habían extraído sangre y saliva- con el de esas dos familias que vienen impulsando la causa desde hace diez años: el resultado de dio negativo y se confirmó lo que siempre sostuvo Ernestina Herrera de Noble. Posteriormente, el cruce de ADN también dio negativo con respecto a todas las muestras existentes en el banco.

La propia titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, que había dicho «ojalá uno de ellos sea hijo de desaparecidos» reconoció que el caso por la identidad de Marcela y Felipe Noble Herrera había quedado resuelto. «Nosotros pasamos a otros casos porque éste quedó por ley resuelto». «El hecho es que esos chicos no han dado con ninguna de las familias que buscamos a nuestros nietos y siguen su vida», dijo. Sin embargo, al día siguiente volvió a contradecirse y dijo que la causa seguía abierta.

El fallo de Arroyo Salgado pone ahora fin a esa discusión.

Fuente: Clarín

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