Cristina habló en Chaco y el país la escuchó a través de una virtual cadena nacional porque nadie quería perderse sus palabras.

Desde Resistencia, Chaco

Cristina Kirchner: «El avance de la desigualdad está poniendo en crisis la democracia»

La expresidenta y actual titular de la Cámara alta afirmó que «en el gobierno no hay pelea sino debate de ideas». Aseguró que «el principal problema que tienen los argentinos es la economía bimonetaria» y resaltó que «las únicas víctimas son los que no llegan a fin de mes».

“Creo que no le estamos haciendo honor a tanta confianza, a tanto amor y a tanta esperanza que nos depositaron”. Así cerró su clase magistral en la ciudad de Resistencia, Chaco, Cristina Fernández de Kirchner rodeada de unas diez mil personas que la escuchaban con atención. Minutos después de que Alberto Fernández hablara desde Ushuaia, donde participó de la entrega de viviendas, la vicepresidenta dijo que actualmente el oficialismo no transita un momento de “peleas”, sino de “debate de ideas”. “De ideas de las que hablé toda mi vida y que cumplí cuando goberné”, especificó. CFK, que llegó a la ciudad de Resistencia cerca de las 16 y fue recibida por el gobernador, Jorge Capitanich, y la vicegobernadora, Analía Rach Quiroga, indicó que «hay que revisar algunas cosas» en el Gobierno con el objetivo de resolver «un fenómeno que se está dando en Argentina como nunca antes», por el que los «trabajadores en relación de dependencia son pobres».

En su disertación, tras recibir el Doctorado Honoris Causa de la Universidad del Chaco Austral, la vicepresidenta dedicó unos minutos a uno de los temas estructurales de la economía del que siempre habla, la economía bimonetaria y, entre otras cosas, su impacto en la inflación. «Es un tema grave que exige acuerdos pero exige también gestión para monitorear esto. Porque uno observa que en este 2020 y 2021 ha habido un inmenso salto en las exportaciones por cantidad y por precio. Tuvimos superávit que no tuve yo en 12 años y, sin embargo, tenemos problemas de reservas en el Banco Central. ¿Entonces qué pasa con la administración monetaria y cambiaria?», dijo.

En esa línea, apuntó a la necesidad de plantear medidas más firmes contra los sectores concentrados de la economía: «Los dirigentes políticos tienen temor a imaginar cambios, a imaginar cosas diferentes a las que estamos viviendo», cuestionó. La vicepresidenta explicó que ella da consejos, no desde una posición «academicista», sino porque estuvo ocho años en Casa Rosada «atajando penales y esquivando las balas».

Las críticas tenían un doble destinatario. Por un lado, apuntaban a la oposición y al discurso mediático que sostienen que la emisión monetaria es la principal causa de inflación –asunto que contradijo con datos de los últimos siete años–, pero también al equipo económico del Presidente. «Si el diagnóstico es que la inflación y los costos en este país es por el dólar, la devaluación permanente lo único que hace es incrementar y mantener inercial la inflación. Por estas cosas discutimos, debatimos y nos oponemos a determinadas cosas. Ni por cuestiones de poder, ni por cuestiones de caja ni porque me miró mal o no me invitó a comer. No, no, estas son las cosas que tenemos que debatir», aclaró.

La previa

Los militantes, los funcionarios del gobierno provincial, los intendentes y los legisladores nacionales habían comenzado a llegar al Centro de Convenciones del Hotel Gala desde las 14. El lugar, ubicado a pocos kilómetros del aeropuerto internacional de Resistencia, también había sido en 2019 el escenario de la presentación chaqueña de Sinceramente, el libro de CFK. La vicepresidenta, que según especificaron desde su entorno comenzará a realizar más seguido este tipo de viajes a distintas provincias, llegó a las 17.05 al salón cerrado para 4200 personas en donde dio su discurso. El público la esperaba con banderas de La Cámpora, Kolina, La Dignidad y carteles con su cara y la del expresidente Néstor Kirchner. También la ovacionaban al grito de «presidenta corazón» y cantaban la marcha peronista. «Esto te queda en la retina para toda la vida», decían los militantes chaqueños emocionados, que en todo momento interactuaron con la expresidenta mientras daba su discurso.

Otro de los cánticos que repetían los militantes era «Coqui presidente», en referencia a Capitanich. Muchos especularon con que la visita de la vicepresidenta al Chaco podía significar un guiño al lanzamiento del gobernador como candidato en unas posibles internas del oficialismo en 2023, pero Capitanich decidió mostrar un perfil bajo y no subió al escenario, ni dio un discurso. Él y la vicepresidenta viajaron juntos del aeropuerto al hotel. En ese trayecto, Capitanich le dijo: «Qué difícil debe ser hablar para vos porque cuando hablás te cambian las cosas y manipulan y cuando no hablás se quejan de tu silencio».

En el escenario

Junto a la vicepresidenta, en el escenario, estuvieron el rector de la Universidad del Chaco Austral, Germán Oestmann, y el vicerrector, Manuel García Solá. Ellos fueron los encargados de entregarle a CFK el Honoris Causa, un diploma, una medalla y la estola de honor, que la vicepresidenta se puso sobre sus hombros mientras sonreía y hacía la V de la victoria. En primera fila estuvo el senador –de su extrema confianza– Oscar Parrilli, la secretaria administrativa del Senado, Luz Alonso, los senadores chaqueños Antonio Rodas, María Inés Pilati Vergara y el diputado y excombatiente de Malvinas Aldo Leiva, junto a intendentes y funcionarios.

La vicepresidenta, tal como decía el título de su conferencia, disertó sobre «La insatisfacción democrática». En esa línea, realizó críticas a los tres poderes del Estado. Empezó por el Judicial, siguió por el Legislativo y terminó con el Ejecutivo. Cuestionó a la oposición por impulsar el proyecto de una boleta única de papel, a la que comparó con «una ristra de ajos o de chorizos», y consideró que la sociedad tiene problemas más importantes, entre ellos que «no tiene laburo y no le alcanza la guita».

En referencia al Poder Judicial, la vicepresidenta denunció que “cuando un gobernante quiere hacer cumplir una ley aparece una cautelar para impedirlo”. Criticó la intervención de la Corte Suprema en el Consejo de la Magistratura y subrayó: «El Consejo lo llevan de 13 a 20 integrantes y la Corte la integran solo cuatro personas y eso está fantástico. ¿No será que al poder le conviene eso para poder apretar a poquitos?». «Lo único que les pido es que nadie del poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial se haga la víctima, que acá la única víctima son los que no llegan a fin de mes, no tienen laburo, no tienen para darles de comer a los hijos. Esos son las víctimas. Y por esos tenemos la obligación de debatir y discutir», remató.

Capital sin ideología

En otro tramo de su discurso, señaló que el capitalismo «como sistema de producción de bienes y servicios se ha independizado de las ideologías” y destacó el desarrollo de China como uno de los modelos capitalistas “más exitosos”. Puso como ejemplo el desarrollo de la República Popular China en los últimos 70 años e ironizó: «Hay un latiguillo que dice que las inversiones van donde hay seguridad jurídica. Hola, ¿qué tal? Las mayores inversiones en las últimas décadas de las empresas globalizadas de todo el mundo se dan en China».

En otro pasaje, afirmó que si tuviera que elegir una Constitución se quedaría con «la de 1853», aunque aclaró que la que más le gusta fue la sancionada en 1949 bajo el gobierno de Juan Domingo Perón.

Más adelante, subrayó la paradoja de que existan cada vez «más trabajadores en relación de dependencia pobres», y advirtió que «el avance de la desigualdad está poniendo en crisis la democracia» que surgió de la Revolución Francesa. «Esto nunca había pasado. La pobreza siempre la ubicábamos por afuera del trabajo formal», planteó.

Hormonas y neuronas

CFK se refirió a la elección que hizo de Alberto Fernández para que fuera el candidato a presidente del peronismo en 2019. Dijo que esa «elección», no fue una cuestión de «generosidad», sino de «inteligencia». En esa línea, especificó que la «discusión» con el Presidente no es por «poder». “Elegí a alguien que no representaba a ninguna fuerza política, pero que además me había criticado duramente desde 2008″, dijo y lo diferenció del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, al decir que él sí tenía estructura partidaria. También marcó el contraste con Héctor Daer, dirigente de la CGT, y Emilio Pérsico, del Movimiento Evita. “Ahí habría una disputa de poder”, disparó. La exmandataria, además, aseguró que “nunca tomo decisiones desde las hormonas sino desde las neuronas».

Otro de los cuestionamientos estuvo centrado en el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, por no tener medidas lo suficientemente fuertes contra los formadores de precios, y en el de Desarrollo Social, Juan Zabaleta. Según contó el Presidente le había propuesto a Máximo Kirchner que esa cartera, que tiene un gran presupuesto, –y que antes ocupaba Daniel Arroyo– fuera administrada por Andrés Larroque. La vicepresidenta explicó que Máximo le dijo que era mejor que lo condujera un hombre de confianza de Fernández. CFK hizo referencia a ese ejemplo para desmentir la versión de que La Cámpora se quedó con todas las «cajas» del gobierno. 

Fuente: Página/12. Link. Imagen: El Cronista.

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