El sábado 15 se realizó en Mendoza una Jornada de Discusión Política que aglutinó parte del kirchnerismo mendocino. Organizada por Solidaridad + Igualdad fueron cerradas por Carlos Raimundi y contaron con la participación de principales referentes del campo popular. Aquí el documento base para la discusión.

Solidaridad + Igualdad Mendoza

Jornada de Discusión Política

Documento base: El éxito de Macri sería fracaso de las mayorías populares

Cada uno de los puntos calientes del globo muestra una reconfiguración a escala planetaria que pone en cuestión muchos de los supuestos que organizaron nuestras vidas desde la culminación de la II Guerra Mundial.

Lleve el nombre de Libia, Siria, Ucrania, Palestina, Turquía, o cualquier otro, aparecen en escena actores voraces que desbordan cualquier escenario de respeto a las reglas del derecho internacional. O, al menos, a la institucionalidad que adoptó el orbe desde mediados de los años ’40.

Un mundo en que, cada vez más, el derecho se convierte en una excusa de las operaciones imperiales nos aproxima a escenas otrora futurista a partir de una “realidad virtual” construida por los medios concentrados. El caso más icónico al respecto fue el falseamiento de la toma de la plaza verde de Trípoli por parte de los “rebeldes” filmado en estudios de Catar. En un set de filmación de Catar se reprodujo una escenografía de la plaza central de la capital libia (distante miles de kilómetros), y allí, con extras, se filmó la toma de la capital que fue emitida por las principales cadenas internacionales como real. Precipitó la rendición de los generales de Khadaffy.

Este es un modus operandi que se repite en los distintos escenarios de la disputa.

La reafirmación hegemónica imperial va acompañada de un proceso sin precedentes de manipulación de la opinión pública global.

Derechos humanos, terrorismo, narcotráfico o recientemente tráfico de personas, pueden ser las imputaciones que reciba cualquiera de los países que se ponga en la mira de la OTAN. Que las acusaciones sean ciertas o no, es secundario. Si no son ciertas se producirán en un set de televisión y se propagarán por cadenas internacionales. Si son ciertas, se enfocarán en ellas ocultando otras igualmente ominosas. Un caso flagrante es la protección estadounidense a la monarquía saudita, que no ha dejado atropello por cometer (hay imputaciones de que una de ellas podría ser complicidad con el atentado a las Torres Gemelas y el resto de los producidos el 11 – S).

La nueva globalización tiene un sistema de relaciones nacionales y de producción. Lo que Cristina llamó el anarco-capitalismo financiero expresa la preeminencia del mundo de las finanzas sobre el de la producción.

El flujo anual de productos financieros multiplica varias veces el valor de la producción de bienes y servicios.

La crisis que comenzó en 2008, y de la que todavía la economía mundial no sale, mostró la dinámica de este esquema. Una burbuja construida a partir de la especulación con hipotecas explotó dejando en el camino a Lehman Brothers y originando la política monetaria actual de los países centrales.

Las hipótecas, un crédito garantizado por un activo real (un inmueble), fueron (y siguen siendo) incorporadas a nuevos productos financieros. Así, digamos, un inmueble de valor $ 100 termina garantizando deudas por $ 300, 400 ó 500, deudas que además son evaluadas como de mínimo riesgo por calificadoras de riesgo que forman parte festiva de la burbuja.

La explosión no produjo una quiebra masiva de bancos como podría pensarse, salvo Lehman Brothers. Los Bancos Centrales apelaron a la llamada “flexibilización cuantitativa” para rescatar las instituciones financieras. La flexibilización cuantitativa es el neologismo para llamar al aumento de la oferta monetaria, principalmente, la tan repudiada por la ortodoxia, “maquinita”, es decir emisión.

La multiplicación por cuatro de la oferta monetaria no produjo inflación en Europa y Estados Unidos (contrariando el sentido común difundido en Argentina) pero sí propició un descomunal incremento de la desigualdad en los países centrales.

Cada vez mayor porcentaje de la población viviendo en condiciones miserables en sociedades opulentas al tiempo que vuelve a arremeterse contra los vestigios del Estado de Bienestar en países desarrollados. La lógica individual y “meritocrática” se impone.

La larga década dorada de América Latina en el despuntar del nuevo milenio, iniciada, y de algún modo, prohijada, por el gigante bolivariano, Hugo Chávez, vertebró un conjunto de ideas, lenguajes, intereses, valores, que fueron vanguardia de la resistencia a este tipo de globalización. La saña de las derechas ahora, en reflujo, no es ajena a la fecundidad de esa siembra.

A nivel continental UNASUR y CELAC fueron fruto de un orden de ideas vinculadas con la soberanía y dignidad de los pueblos, aspiraciones que no están en los recetarios de las derechas.

Los acontecimientos de los últimos dos años inclinan momentaneamente la balanza continental hacia un retorno a la égida estadounidense y mayoría de gobiernos de derecha. En ese contexto UNASUR y CELAC se ven vaciados de sus fines inspiradores e incluso funcionan como espacios usados de modo hipócrita y falaz para presionar a los gobiernos populares. Los ataques al MERCOSUR muestran el mismo fenómeno.

A los gobiernos de derecha no les interesa ninguno de los fines trascendentes de estos institutos latinoamericanos. La única integración para ellos es la los Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos o con quienes el imperio indique. Una aceptación subordinada del esquema de globalización de nuevo cuño.

Las cláusulas filtradas del llamado Tratado Trans Pacífico exponen el tipo de condiciones de acceso. Resignación absoluta de soberanía, aceptación de tribunales manejados por empresas, patentes, entrega de mercados internos a las multinacionales. Suponen la aceptación entusiasta de la división internacional del trabajo según la cual nuestros países realizarán producción primaria y los centrales, producción industrial, tecnología de punta, investigación.

La Argentina desde la asunción de Macri, el ominoso 10 de diciembre de 2015, es vanguardia de este modelo. En el caso de nuestro país, fue definido por Carlos Raimundi en el sentido señalado, como “el experimento social del gobierno de las empresas”.

No es ocioso recordar que ese 10 de diciembre tuvimos un presidente interino, Federico Pinedo, que ningún argentino votó. Lo dispuso un juez en el anuncio de que el gobierno que asumía era más que un grupo de funcionarios. Era un nuevo complot oligárquico que reunía políticos, jueces, medios, empresas.

Macri está implementando de modo furibundo un programa de globalización financiera y reprimarización. El autoritarismo y afán represivo es el corolario necesario a un proyecto de concentración del ingreso de una ferocidad superior al dictadura.

Los resultados que obtuvo hasta ahora son los que cabe esperar: el modelo de Macri no funciona ni siquiera en sus términos. Sólo puede producir más de lo mismo.

El único argumento que sostiene al macrismo es el triunfo simbólico entre una parte de la población del discurso fascista de que se puede perseguir a la oposición, restringir su opinión, censurar programas de televisión, encarcelar dirigentes como Milagro Sala. La construcción mediática de un odio morboso que no reconoce razones es uno de los puntos medulares sobre el que necesita reflexionar el campo popular.

Citando una vez más a Raimundi, “para que a Argentina le vaya bien, que a Macri le vaya mal” es la conclusión necesaria de un diagnóstico de los fines del gobierno macrista. Su éxito consiste en el fracaso de las mayorías populares. La esencia del proyecto macrista es la concentración del ingreso en una sociedad jerárquica, autoritaria que produce bienes primarios con trabajo esclavo.

Para bien de los argentinos ese proyecto debe ser derrotado.

Pensar las claves para conseguirlo, juntar fuerzas para lograrlo, es lo que convoca cada una de las acciones que renovamos este día.

Mendoza, 15 de octubre de 2016

DOCUMENTO BASE PARA LA DISCUSIÓN POLÍTICA

SOLIDARIDAD + IGUALDAD MENDOZA

Hacer Comentario

Su dirección de correo electrónico no será publicada.