Nicolás Caputo, socio y “hermano” de Macrì, podría haber usado testaferros para encubrir que se está quedando con los activos de ENEL, titular de EDESUR.

El grupo chileno Distrilec-Enersis que controlaba Edesur desde la privatización de Segba, en asociación con Pérez Companc, fue adquirido por la española Endesa en 1999, tras el apagón más largo, de 11 días de verano, pese a que las tarifas llevaban ocho años dolarizadas, lo cual dio lugar a protestas masivas y sanciones. Mariano Grondona había convocado a una tribuna de vecinos de La Matanza, que apestillaron  al directivo de la empresa que se atrevió a dar las explicaciones que hoy sus sucesores niegan y al presidente de la Cámara de Diputados, Alberto Pierri. Para otro panel aguardaba en el estudio Mario Vargas Llosa (que como Balzac contraría su visión del mundo cuando narra una historia de ficción). Asombrado ante la lucidez y la capacidad de articular su pensamiento y expresarlo de esos vecinos, dijo que en su Perú eso era inimaginable. Le expliqué que esa era la huella del peronismo en la política argentina, pero esa constatación personal no conmovió sus prejuicios. Diez años después, en 2009, la privatizada italiana Enel pasó a controlar Endesa y, con ella, Edesur. En vísperas de la asunción de Macrì, Sadesa, de su hermano de la vida, Nicky Caputo adquirió el paquete mayoritario de la empresa, del que, según Clarín, se desprendió en septiembre de 2022. Este mes, Enel vendió por 102 millones de dólares las centrales Costanera y Dock Sur, a Central Puerto. Sus principales accionistas son Carlos Miguens Bemberg, Eduardo Escasany, la familia Ruete Aguirre y Guillermo Reca. Pero Oscar Parrilli pidió informes a la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia y al Ente Nacional Regulador de la Electricidad, porque entiende que Caputo sigue siendo el accionista mayoritario de Central Puerto.

Nota en El cohete a la luna

Fuente: El cohete a la luna. Link. Imagen: Infobae.

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