Por Carlos Almenara

«Tiempos de rara felicidad,/son/ aquellos en los cuales se puede sentir lo que se desea y es lícito decirlo«[i]

La entrevista publicada el domingo 7 de junio en MDZol a Jorge Fernández Díaz se titula: “Es aberrante ser militante y periodista a la vez”.

No es el primero que enuncia esta idea. Sistemáticamente se monta un discurso orientado a colocar cualquier opinión favorable al gobierno o cualquier descripción de hechos que venga bien al gobierno como “militante” y todo ataque, algunos de calaña inadmisible como agresiones manifiestas, del lado de un supuesto “periodismo independiente”.

Viene bien ocuparse de estos temas a cuento de esta nota publicada, justamente, el día del periodista. Ilustra lo profundamente ahistórico de este debate.

El día del periodista se instituye en 1938 en recuerdo de la aparición del primer número de La Gaceta de Buenos Aires, periódico fundado por Mariano Moreno en 1810. La Gaceta fue un órgano militante de la revolución. En el primer número avisaban a sus lectores que ese no era un medio “independiente”, sino que “… ha resuelto la Junta que salga a la luz un nuevo periódico semanal, con el título de la Gaceta de Buenos Aires”.

Lo que resulta llamativo es que Fernández Díaz, presentado en la nota como secretario de redacción de La Nación, desconozca que ese diario es un ejemplo de periodismo militante. La “Tribuna de Doctrina” creada por Mitre expresa el proyecto político de uno de los intelectuales más influyente en nuestro devenir. Mitre, político, presidente, es, entre otras cosas, el autor de la lectura oficial de la historia argentina vigente hasta hoy. Y para el día a día nos dejó La Nación.

Con Clarín hay un cambio. Roberto Noble no creó Clarín para sostener un régimen o promover un cuerpo de ideas sino como su “catapulta” para convertirse en presidente. Durante la presidencia de Frondizi percibió la carencia de coherencia ideológica y entonces lo transformó a principios de los ’60 en la palabra oficial del desarrollismo. El órgano oficial de un partido político, hoy llamado MID. Eso duró hasta 1982, cuando el diario, muerto Noble, abandona sus viejos conmilitones para irse a hacer periodismo independiente, con Galtieri.

Vale recordar la “Oficina de lectura previa”, órgano de censura de la dictadura. Sólo duró un mes. No fue necesaria. Los principales medios militaban solitos a favor del gobierno de facto.

En la nota, Fernandez Díaz hace una confusa referencia a Rodolfo Walsh, referente irremplazable del periodismo de investigación argentino. Walsh, también un militante que entre sus armas usaba de la palabra.

Por supuesto que hay buen y mal periodismo. Por supuesto que todos podemos elegir qué vemos, escuchamos o leemos, ¿podemos?

El mismo MDZol tiene en su plantel periodistas militantes. Es más, Orly Terranova, uno de los propietarios, fue candidato a concejal del PRO en la Ciudad de Mendoza.

La diferencia entre Clarín o La Nación con el tan atacado 6 7 8, al que se pone en la picota de estos medios, no es la naturaleza militante de sus discursos, naturaleza que corresponde a todos ellos (y en alguna medida a cualquier medio), sino la pretensión de los primeros de ser las únicas voces que se escuchen. Antes lo hicieron a sangre y fuego, afortunadamente hoy no pueden militar de ese modo.

[i] Lema de La Gazeta de Buenos Aires, frase del historiador romano Cornelio Tácito

Nota: Publicado el texto, se comunicó personal de MDZol informando que Orly Terranova no forma parte del personal ni tiene vinculación con el medio.

 

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