El libro de Alejandro Alfie, periodista de Clarín muestra un caso más de presión sobre la libertad de expresión de la patota de Magnetto. Todos los medios con su agenda si no los escrachan como a Canal 10 de Tucumán.

Ejemplo de dos aprietes de Clarín

Radiografía de la red tejida para el relato oficial

Un libro de Alejandro Alfie.

Presentaron “Los agentes de Néstor y Cristina”.

“Diego Gvirtz y Sergio Szpolski son dos caras de la misma moneda, la de la construcción de un relato K sin escrúpulos; son agentes del Gobierno, que difunden el relato kirchnerista, más allá de sus propias convicciones, ”, dijo Alejandro Alfie, en la presentación de su libro “Los agentes de Néstor y Cristina”.

La presentación se hizo en Margen del Mundo, ante un auditorio colmado, y contó con una mesa debate, en la que participaron Miguel Wiñazki, de Clarín, y José Crettaz, de La Nación, moderados por Luis Majul.

Crettaz destacó que el kirchnerismo cooptó a gran cantidad de medios, empresarios y periodistas, “dándole a cada uno lo que necesitaba: a algunos, publicidad oficial, como a Szpolski; a otros, licencias de medios audiovisuales, como la del Canal 9 al ‘fantasma’ Remigio González”.

El Gobierno también alimentó el ego y los bolsillos de quienes fueron seducidos por el poder, como Gvirtz, quien pocos meses antes de lanzar 6-7-8 –y convertirse al ultrakirchnerismo– decía que Cristina Kirchner era peor que De la Rúa.

Alfie señaló que, con esa estrategia, el Gobierno logró eficacia en la transmisión del “relato”, al tener un control, directo o indirecto superior al 60 % de los medios audiovisuales.

Wiñazki sostuvo que el control del kirchnerismo sobre los medios es una cuestión regional. “Estos gobiernos populistas basan su relato en que ‘no hay hechos, solo palabras’. Esa fue una propuesta de Ernesto Laclau, que compraron Cristina Kirchner, Evo Morales, Rafael Correa y el chavismo”.

En el cierre de la presentación, Majul destacó la importacia de analizar “hacia dónde van” los medios controlados por el kirchnerismo, frente al cambio de gestión y la transición política.

Tucumán: la negación de la realidad, en la TV estatal

Protestas y reflejo mediático. Canal 10 no trasmitió la marcha y la represión tras las elecciones de gobernador. Protesta de la UNT y de trabajadores.

Las multitudinarias manifestaciones en contra de las irregularidades y violencia denunciadas durante las elecciones del domingo en Tucumán tuvieron su repercusión en los medios locales.

Rápido de reflejos, el Canal 8, del Grupo Telefe, en la noche del lunes trasmitió la marcha y la dura represión policial contra los manifestantes dejando de lado su programación nacional. En cambio, el Canal 10 –cuyos dueños son la Universidad Nacional de Tucumán (70%) y el gobierno provincial (30%)– siguió con su programación normal, con la novela “Las mil y una noches” y “ShowMatch”, sin hacer ningún tipo de mención a lo que se estaba viviendo en plaza Independencia.

La cadena de noticias TN reflejó para todo el país lo que estaba ocurriendo con la represión policial a los que protestaban por las irregularidades en las elecciones.

La decisión tomada por Canal 10 fue rechazada por uno de sus accionistas: la Universidad. El Consejo Superior se quejó porque la emisora “no cumplió con la Universidad Nacional de Tucumán ni con la sociedad tucumana”, dejando en claro que son los propietarios mayoritarios del canal.

Según contó José Hugo Saab, secretario de Comunicación Institucional de la Universidad, el director del canal por la Provincia, Alejandro Laurnagaray de Urquiza, no le dio explicaciones sobre lo ocurrido. Por ello la Universidad solicitó un informe a los representates universitarios Mauro Feldman y Daniel Moeremans, además de quejarse por la actitud del canal. Saab dijo que el personal de la emisora les manifestó “su preocupación por amenazas recibidas en relación con su labor y reclamaron garantías”.

El canal tuvo un cambio de actitud, al transmitir e informar sobre las dos marchas siguientes. Por su parte, los trabajadores, que recibieron el apoyo de la Asociación de Prensa de Tucumán, emitieron un comunicado donde destacaron que “la línea editorial emitida a través de Canal 10 no es responsabilidad de los trabajadores”. Y agregaron que reclaman que se siga “respetando el trabajo de los comunicadores”.

La emisora privada del Grupo Telefe mostró mayores reflejos que en diciembre de 2013, cuando se retrasó en la cobertura de las manifestaciones por la falta de seguridad, tras los saqueos por el autoacuartelamiento policial que dejó indefensa a la población y que fueron duramente reprimidos.
En cambio, el canal estatal dejó de lado la información, para defender los intereses del gobierno provincial.

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