La visita de Cornejo a Kicillof es un gesto político que no puede menospreciarse. En medio del proceso electoral la excusa de discutir el “agente financiero de la provincia” no alcanza para dar crédito a las motivaciones profundas de la reunión. Cornejo, antes que nadie, conoce la lectura de los símbolos políticos.

Ya elegido gobernador, todas las consecuencias le son favorables. Necesita puentes con Scioli, muy posiblemente próximo presidente. Así, el encuentro con Kicillof va allanando un camino que ya iniciara Pepe Scioli en Mendoza anunciando un futuro encuentro de su hermano con el gobernador electo.

Por otro lado, Cornejo no tiene ningún interés especial en ayudar a Macri a llegar a la Rosada. Macri sí le prestó un servicio útil para llegar a calle Peltier. De no haber acordado, Macri con un candidato propio, fácilmente hubiera hecho perder a Cornejo el exiguo porcentaje por el que aventajó al Frente para la Victoria. Pasadas las elecciones mendocinas, Cornejo no ve beneficios en la relación con el porteño. Su eventual victoria no significaría participación en aquel gobierno y más bien al contrario sí fortalecer a un rival en la proyección nacional del sancarlino.

Dos días después de su triunfo, Cornejo, todavía ojeroso, dio el presente en el cónclave de Clarín. Nadie que no otee las perspectivas nacionales haría eso. Ya gobernador, lejos de una ayuda, Macri puede verse como un obstáculo.

Las declaraciones de Laura Montero, vicegobernadora electa, tampoco son una arenga entusiasmante para los radicales. Pide votar a Macri al mismo tiempo que le reprocha que «no actuó con la prudencia necesaria para enfrentarse a un poder tan fuerte como el del kirchnerismo» y ofrece como toda perspectiva a su partido “vamos a ser muy importantes para fiscalizar la elección, porque somos el único partido de oposición con presencia nacional”.

El único que queda desacomodado en la provincialización de la UCR de Mendoza es Julio Cobos, quien seguramente quedará haciendo señales de pedido de auxilio. Ocurre que es candidato a senador nacional en la boleta que encabeza Macri y por mucho que su figura sea ponderada por los mendocinos, es difícil pensar que dejarán de elegir por la categoría de presidente para elegir un senador. Y el porcentaje de corte de boleta, se sabe, tiene un límite que no permite revertir una diferencia demasiado grande.

Qué tanto le interesa esto a Cornejo está por verse. Seguramente habilitará reproches mutuos entre ambos, un Cobos paseando con Macri y un Cornejo desinteresado por lo menos, si no activo en su contra. Si alguna vez estuvo en duda la jefatura radical en Mendoza, hoy está claro que la balanza se inclinó por el actual intendente de Godoy Cruz, de haber conflicto esa realidad anuncia el resultado.

Cornejo, quien supo recibir cariñosamente a Néstor Kirchner en su despacho de calle Rivadavia, ha sabido malquistarse el ánimo del kirchnerismo con sus encarnizados ataques. Casos más extremos se han visto en tiempos recientes.

Así las cosas, las chances de Daniel Scioli para sumar otra provincia a su triunfo parecen más cercanas que nunca.

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