El pasado 14 de abril, el Honorable Consejo Deliberante de San Rafael, emitió el decreto 5625 por el cual rechazó el pedido de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) filia San Rafael, de eliminar los símbolos religiosos de todos los edificios públicos dependientes de la comuna ya sean cruces, vírgenes o cualquier otra alusión a religiones de cualquier tipo y origen.

Los principales argumentos fueron los siguientes:

Entre los fundamentos que sostienen estos adjuntos se puede destacar la importancia que se le asigna a la tradición jurídica y cultural de nuestro país, manifestando la especial referencia hacia el catolicismo desde los comienzos de nuestra historia, sosteniendo, por tal motivo, que la proposición de «laicidad»  de nuestro estado sería una mutilación de nuestra historia y un renegar de nuestros orígenes.  Se sostiene que  es  absurdo  atender  el  interés  de  una minoría por  sobre  las  creencias  religiosas tradicionales  y  arraigadas  de  nuestro país,  provincia  y  departamento.  Las imágenes religiosas  no  ofenden  a  nadie,  sean  o  no  creyentes   del  culto  católico,  ya  que  su significado es amor, templanza, caridad, valores universales  y a los  cuales nadie podría oponerse, refieren en sus argumentaciones.

Por su parte, el Instituto de  Ética y Derecho, delegación San Rafael,  fundamenta  su  oposición  al proyecto desde  una  visión jurídica; hace  especial  énfasis  en  la  secularidad  de  nuestro  Estado  manifestando que,  si bien  se  sostiene la libertad de cultos, no se funda en una «igualdad»   de  cultos,  ya  que  se  le  da preeminencia  a uno en particular a partir de lo normado por  el art. 2 de la Constitución  Nacional.  Esta línea de pensamiento que se adopta tiene como fundamento el reconocimiento de la composición religiosa de la población, predominante  y mayoritariamente católica. La libertad religiosa es el derecho del que  gozan las personas a no verse coaccionadas  u  obligadas  a  actuar, en la esfera  religiosa, de un modo  contrario a  sus ideas. La libertad de cultos,  justamente  lo que  establece, es la libertad  de  colocar  imágenes  religiosas  en  los  lugares  públicos,  siempre  según  la opinión en análisis.

También se ha incorporado a este Asunto Entrado la opinión del Hermano Eugenio Magdaleno, Director del Colegio Hermanos Maristas. El religioso resalta que el proyecto presentado tiene tintes fascistas, similares  al pensamiento de los años 70, lejos del  pluralismo y el dialogo social, político y religiosos  del  siglo  XXI, «El ateísmo y  el laicismo son religiones: tienen su fe. Para los primeros, Dios no existe, creen en eso. Los segundos, son prescindentes en lo religioso, pero  tiene su culto: son iconoclastas, fóbicos  de la imaginería religiosa. Es una forma  de  tener religión. El pedido  de  declarar a San Rafael,  municipio laico, es una expresión  cultual, es un ritual de su religión».

Leer el texto completo del decreto n° 5625

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