El festival de importaciones que señaló Cristina genera problemas por falta de divisas. El gobierno implementa medidas tendientes a que grandes empresas utilicen sus propios dólares o los consigan. Contiene las maniobras desestabilizadoras.

Importaciones: el Gobierno asegura que las medidas no frenarán el crecimiento

En el Ejecutivo confían en el monitoreo de «sintonía fina» y aseguran que no se detendrá la actividad. La proyección para este año se sostendrá en torno al 4%.

Por Andrés Lerner

Hay que llegar a septiembre. La batería de anuncios para evitar la salida de dólares por la vía de las importaciones apunta a generar un puente de tiempo para los próximos tres meses. La idea central es que las empresas utilicen el stock de insumos disponible y consigan financiamiento hasta pasar el período de mayor exigencia para las reservas por las abultadas compras de energía. En el Gobierno confían en el monitoreo de “sintonía fina” y aseguran que las nuevas medidas no detendrán el crecimiento económico. La proyección para este año se sostendrá en torno al 4%.

El desafío central pasa a esta hora por evitar que el torniquete importador se transforme en un freno para el proceso de recuperación. En ese sentido, en el gabinete económico sostienen que no habrá impacto considerable en la actividad. Destacan los datos de desempleo del primer trimestre, que se mantuvo en el 7% pese al factor estacional desfavorable y también señalan el nuevo avance del estimador mensual de actividad económica.

En concreto, el ministerio de Economía que conduce Martín Guzmán continúa proyectando un crecimiento del 4% para este año, que se sostendrá con exportaciones superiores a los u$s90.000 millones. La premisa para mantener estas proyecciones es: no se restringen las importaciones sino los plazos del acceso al mercado único de cambios. “Hay stock de insumos y hay demanda. Además esto terminará en septiembre. El efecto recesivo se hubiese dado si ante la falta de dólares, que es real, tomábamos el camino de la devaluación», señalaron a Ámbito desde una oficina con peso de decisión en la materia.

«No es la primera vez que se hace algo así y en todos los casos las empresas se adaptan. Las multinacionales van a salir a financiarse en el exterior, nadie va a dejar de producir porque acá no se dificulta la importación sino el acceso al MULC», sostuvo uno de los funcionarios que trabajó en la medida. En esa línea, agregó: «Los argentinos tienen un PBI en dólares en el exterior y por supuesto que no es capital de una sola persona, por lo que muchos tienen margen para utilizar esos fondos”.

Por fuera de los sectores con mayor margen, en el Gobierno reconocen que pese a haber ampliado el cupo, las medidas pueden tener algún tipo de impacto en las PyMES que son quiénes más dificultades tendrán para acceder al financiamiento externo, por historial crediticio y por las condiciones internacionales.

En diálogo con este medio, el director de Estudios Económicos de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (ADIMRA) Tomás Canosa explicó: «La clave es que estas herramientas en materia de administración de comercio permitan alcanzar un equilibrio para que esta situación no impacte en la actividad productiva. El sector metalúrgico viene mostrando mes a mes un aumento en el nivel de producción y encontrar los mecanismos para que las empresas adquieran los insumos y partes y piezas que no se fabrican en el país es indispensable para que pueda continuar el proceso de crecimiento».

En contraposición, la Cámara Argentina del Comercio (CAC) mostró su escepticismo en un comunicado difundido ayer. “Las medidas del Banco Central de la República Argentina implican nuevas y significativas restricciones a las compras externas, que se agregan a tantas otras ya existentes”, dice la misiva de la entidad que conduce Mario Natalio Grinman. En esa línea, agrega: “la transitoriedad que se prevé que tenga la nueva exigencia no quita que tenga un gran poder de daño en la actual coyuntura, cuando el país hace sus mayores esfuerzos por superar la profunda contracción que sufrió en el marco de la pandemia de covid-19, que se sumó a un estancamiento de 10 años”.

En cualquier caso, las primeras 48 horas de vigencia del nuevo paquete entregaron resultados positivos en el plano de acumulación de reservas. Al margen de los daños colaterales, la posible remarcación preventiva y presión a los dólares paralelos, el Banco Central adquirió u$s 400 millones, u$s 250 el lunes y otros u$s 150 ayer y , en definitiva, ese es el objetivo que se persigue.

Fuente: Ámbito Financiero. Link. Imagen: El Cronista.

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