Falleció Oscar Camilión a los 86 años. Fue varias veces funcionario y ¿secretario general? de Clarín. Su recorrido bien vale una moraleja.

Arturo Frondizi lo sacó de su gobierno para asignarle una misión aún más trascendente, garantizar la homogeneidad de la línea de Clarín en el incipiente alineamiento al desarrollismo. Fue jefe de redacción.

Su paso por Clarín lo asumió como una tarea militante en un medio militante. Del mismo modo que vivió sus cargos en la dictadura y el menemismo, en representación de acuerdos con su grupo político, los restos del desarrollismo.

Camilión fue embajador en Brasil y ministro de Relaciones Exteriores durante la dictadura del ´76 al ´83 y ministro de defensa de Carlos Menem.

Se le adjudica un romance con Ernestina Herrera. Se afirma, de modo verosímil, que la viuda de Noble lo presionó para que rompiera con su mujer, hecho que desencadenó su alejamiento del diario y un encono del que no sería ajeno su ostracismo final.

Daniel Santoro, el servidor de Clarín, dispuesto a cualquier invención por motivos espurios, es el periodista que inventó las cuentas de Máximo Kirchner y Nilda Garré en el exterior. Sostuvo que tenían cuentas en un banco que ni siquiera existe. Todas estas maniobras realizadas al servicio del órgano de control de la democracia, el grupo Clarín.

Fue Santoro también quien orientó la investigación en la causa por contrabando de armas a Ecuador y Croacia hacia Camilión. No falta quien ve la mano de altos mandos del multimedios para cobrarse revanchas. Una conducta mafiosa reiterada. Se encargaron de esperarlo más de 20 años y le cayeron con la vendetta.

Lejos de intentar exculpar a Camilión de cualquier delito, la lacra estructural de la democracia argentina es el grupo Clarín que puede encontrar jueces y gobiernos dispuestos a cumplir sus malignos designios.

Clarín miente

Mirá cómo Clarín miente sobre Camilión. Así informan el sábado en la noticia sobre la muerte:

“Entre 1965 y 1972, en las estribaciones del gobierno de Arturo Illia, que sería derrocado en junio de 1966 por las fuerzas armadas, y el final de la dictadura llamada Revolución Argentina que entonces regía el general Alejandro Lanusse, Camilión fue secretario general de Clarín y responsable de su administración financiera”.

Pero Camilión no fue secretario general, ni fue al diario a “ordenar las cuentas”, porque a eso fue Magnetto (también del MID). Camilión fue Jefe de Redacción y su tarea consistió en bajar la línea política del diario.

Clarín nunca fue independiente pero entre los primeros años ´60 y 1982 fue el órgano cuasi oficial del Movimiento de Integración y Desarrollo, y era Camilión entre el ’65 y el ’72 el tutor de la línea política. En 1982 dejó de ser órgano oficial del MID para pasar a serlo de Galtieri.

Si no fue más “propagandista” no tiene que ver con el alineamiento del medio sino con la concepción política del desarrollismo que, a esa altura, no aspiraba a ser un “partido de masas” sino a proveer cuadros a los gobiernos y armar tanques de pensamiento.

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