Discurso ante la UCIM

Como ingeniero me gusta hablar de números porque creo que las políticas se evalúan mejor con ellos. Ejemplo de esto, es lo que sucede en cuanto a la calidad educativa, se utilizan números para mensurar pruebas que después permiten determinar medidas a futuro. En estos casos, cuando los resultados no son los adecuados estamos en una situación complicada. 

Hablemos de números: hoy escuchaba los anuncios realizados por el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray.  Anunció la recaudación de IVA: 234 mil millones de pesos y de ganancias: 215 mil millones de pesos. Desde hace tiempo sostengo que Ganancias se acerca más y más al IVA y lo superará en cualquier momento. Si el IVA crece al 27 % con una inflación real que supera el 30% hablamos de un incremento de la recaudación propio por incremento de precios y ya no, ni siquiera, por incremento de consumo. Si el Impuesto a las Ganancias aumentó, en los 7 primeros meses, el 45 %; hablamos de una alta presión tributaria. Hoy el impuesto a las ganancias, más que un impuesto al trabajo, es un impuesto al valor adquisitivo. Esto es, aumentan el sueldo al asalariado y bienes personales aumenta porque suben los avalúos fiscales de automóviles y viviendas; pero los topes están congelados. Entonces, año a año se incorporan más personas a pagar estos impuestos.

Tenemos una economía con una fuerte inflación y que se ha estancado, no hubo incremento de la demanda de trabajo. Es decir en Argentina, no hubo en el país generación de empleo y esto es un grave problema. El país necesita generar al menos, 300.000 puestos de trabajo. Solo en Mendoza, que tiene un 4% en la participación del PBI, hablamos de 15.000 puestos de trabajo y esto aquí no ocurrió. Por el contrario, tuvimos inversiones fuertes como la empresa Vale que se terminó yendo por las condiciones macroeconómicas y las imposiciones de este gobierno. Así sucede también con industrias de alto nivel tecnológico como es el caso de Pescarmona; que hoy está en una situación muy compleja. Más allá de la discusión entre el Gobierno y la UIA a nivel nacional, si son 900 las empresas que se perdieron en el país; es cierto que la industria viene -hace 22 meses- sin poder crecer y estas son las variables económicas que tenemos que analizar. 

Ahora veamos la evolución de los subsidios. En los primeros seis primeros meses, los subsidios económicos alcanzaron los 111 mil millones de pesos. De esos, 77.000 millones fueron en energía 25.000 millones de pesos en transporte, 4.500 millones de pesos en empresas como Aerolíneas, AYSA y  sólo el 2% a la actividad rural y forestal y agroalimentaria. Los subsidios se dividen:  70 % a energía; 23 % a transporte; 6% a empresas y 2% a la actividad económica propiamente dichaEl déficit que tendrá el Estado Nacional coincide con la totalidad de los subsidios económicos, ahí proponemos hacer un reordenamiento de lo que es el tema subsidios porque lamentablemente, los mismos están concentrados un en 85 % en Capital y en el Gran Buenos Aires. Por eso tenemos boletas de luz que se pagan en Capital Federal,  que son muy inferiores a lo que se pagan en el interior.

Estas medidas desacertadas comenzaron en 2010, con la pérdida del autoabastecimiento energético. A partir de ese momento, comenzamos a importar combustible, dólares que se iban en subsidios para morigerar los costos de un combustible que sale mucho más caro que producirlo aquí. Esto es evidente:  fracasó fue la política energética. La misma está fosilizada:  el 86 % de la matriz energética primaria es el consumo de combustible gaseoso o líquido y el Gobierno, con Axel Kicillof a la cabeza, dijo “vamos a restringir exportaciones para alivianar la caída de la balanza comercial producto de los dólares que se iban y así sostener la reservas del Banco Central”. Esto trajo cepo al dólar, distintos tipos de cambio, más inflación y el objetivo no se alcanzó. Entonces, impuestazos a los autos, que trasladó precios y cayó la producción y de paso, se resintieron las relaciones comerciales con el MERCOSUR, con México y con el resto del mundo. 

La conclusión de estas medidas, en datos de la balanza comercial (diferencia entre importación y exportación): primeros 6 meses del 2012, 6.600 millones de dólares; en el 2013,  5.000 millones de esa moneda; en el 2014, 3.300 millones de dólares y ahora, 1.232 millones de dólares. Se perdieron mercados, se incrementaron de los costos de producción, etc

Los números no dan, ni en inflación, ni en competitividad, ni en balanza comercial, con muchísimos subsidios y esto es lo que queremos cambiar. Cuando decimos cambio hablamos de esto, de cambiar esta realidad, adecuar el sistema macroeconómico para que las provincias además de ser bien administradas, recuperen el aparato productivo que en este caso están afectados por la difícil situación de las economías regionales. Cuando la macroeconomia no funciona, son muy pocos los instrumentos que tienen las provincias para salir de esto.

En cuanto a lo social, publicamos -cuando éramos gobierno- todos los índices. Los económicos y los sociales, de hecho los económicos nos trajeron más de un dolor de cabeza en la última parte de la gestión por el tema inflación. Desde el 2009, en Argentina, no se publica nada de nada a nivel nacional. ¿Es así la manera que tiene el oficialismo de eliminar el problema?. Sí, de este modo ellos no ven pobreza, no hay inseguridad, no hay indigencia, no hay evaluación de la calidad educativa. Nosotros sí queremos saber esos números rojos. 

Cuando hablamos de República, hablamos de cambiar el Consejo de la Magistratura, hoy convertido en una «espada de damócles» sobre los jueces que no pueden investigar al poder de turno. Cuando hablamos de República queremos que se traduzca en darle legitimidad procesal y penal al Auditor General de la Nación y que tenga el poder, realmente esté en manos de la oposición. Hoy, merced a un directorio que lo inmoviliza; el Auditor –que es opositor- no puede hacer ninguna denuncia efectiva. Yo me pregunto ¿Cuantos perjuicios se hubieran impedido y evitado si se hubiera escuchado al mismo?. Por doloroso que suene, creo que de haber escuchado al titular de la AGN, podrían haberse evitado la tragedia de once. 

Defendemos el federalismo, con ideas y propuestas. No queremos que la Nación esté en la tarea menor que bien la hacen las provincias y los municipios. Basta ya de estar haciendo viviendas, cordón, banquina, cunetas. Esto es algo que lo tienen que hacer las provincias y los municipios y el Estado Nacional debe entregar los recursos que le corresponde a la provincia en forma institucional y no discrecional. Ustedes se preguntarán si nosotros haríamos eso si fuésemos gobierno, la respuesta es SI, porque ya lo hicimos. Aquí, en esta tierra, convocamos a los 18 intendentes en Luján de Cuyo. Alfredo y Laura no me dejan mentir porque eran ministros de esa gestión y les dijimos, vamos a sacar del presupuesto provincial todo aquello que no tenga nada que ver con los objetivos de la provincia y que correspondan hacer los municipios. Esto era algo que se arrastraba desde hace años y cuando pregunté porque se hacía, me respondieron que era algo que se dejaba para que los legisladores pudieran aprobarlo y responder así a sus votantes y a su territorio. Los junté a todos, les digo que era una cifra importante, la actualizamos con una fórmula que contemplaba regalías, crecimiento económico e ingresos brutos, la distribuimos en forma institucional y esto aún está vigente. Y dije en aquél momento, ahora eso sí, nosotros nos dedicamos a hacer las obras provinciales estratégicas. Así nacieron las escuelas, los hospitales como el de Santa Rosa, de Junín, escuelas, caminos y las comunas mejoraron la infraestructura de su territorio. Nosotros pusimos dinero e invertimos en el IPV, abrimos el plan Inquilinos y funcionó.

Sobre YPF nacional y estatal, en realidad, debería ser una empresa federal porque tal vez no lo recuerden pero cambió la Constitución en el 94 y el domino original está en las provincias. Y ahora la Nación está administrando los recursos provinciales, dicen que es estatal pero el 50 por ciento de las acciones son de Chevrón una empresa cuestionada en Ecuador por el tema ambiental y sobre los cuales desconocemos el contrato firmado. El problema no es YPF, sino la política energética que condiciona la economía argentina. 

Estamos acostumbrados los mendocinos a respetar las instituciones y sabemos que con previsibilidad, seguridad jurídica y una mirada a largo plazo, vendrán inversiones que estamos necesitando. Se cayó entre el 2013 y el 2014, el 40 % la inversión extranjera directa: 11.000 millones de dólares y 6.000 de esa moneda el año anterior. Ahora, yo me pregunto qué inversión va a venir a la provincia en estas condiciones. 

Imaginen un diálogo entre un inversor y un hombre como por ejemplo, Gabriel Fidel, que tendrá la misión de reconectarnos con el mundo. Lo primero que le preguntan es si hay inflación y él le dirá que hay un INDEC que brinda un número que no es real pero que el Congreso da otro cercano a la realidad y las Universidades otro similar.  Si  preguntan por el dólar, para ver el tema competitividad, le diremos que hay varios tipos: el tarjeta, el dólar turista, el dólar contado con liqui, dólar con ahorro, dólar oficial, dólar blue. El hombre pregunta, con sentido común, cual es la infraestructura logística: y él dirá que Argentina tiene una aerolínea estatal, que solo mueve el 4 % del transporte de pasajeros y de carga y genera déficit. Y si nos preguntan por el ferrocarril, por las distancias que hay y por ser competitivo, diremos que el tren de pasajeros si funciona pero el de carga no. Además, son trenes y máquinas nuevas pero las vías no se levantaron (les digo que con 22.000 millones de dólares, levantamos las vías dos veces y las volvemos a poner, en un año). Al menos habrá infraestructura logística, dirá quien quiere invertir y contaremos sobre un medio corredor bioceánico, porque solo cubre Mendoza y San Luis. Entonces, el inversor le dirá: ¡dejalo así!, me voy a Chiile y a otra cosa. Esto sucede en la realidad. 

Nosotros queremos recuperar la economía de producción y trabajo, una economía que tiene que sortear primero dos desafíos: llevar la inflación a un dígito y unificar el tipo de cambio. ¿Se puede hacer? Claro que sí, si volvemos a tener superavit fiscal, si fijamos una meta inflacionaria que año tras año la vamos reduciendo a la mitad, si reordenamos el estado para que no gaste más, deje de emitir en forma gradual hasta acomodarse, vamos a llegar a esas metas del dígito y unificar el tipo de cambio. 

Necesitamos generar instrumentos fundamentales para un problema estructural que tiene hoy la Argentina y es el tema de la falta de viviendas. Ningún gobierno de la democracia pudo construir, por más propaganda que pongan en carteles, más de 50.000 viviendas por año. Según el último censo, hay tres millones de hogares con problemas de viviendas; ergo, se necesitan más de 1.200.000 viviendas nuevas y así podremos estar,  60 años para terminarlas y cubrir esa demanda. Proponemos una medida que romperá con la especulación y recuperaremos la cultura del ahorro: queremos que se ahorre en metros cuadrados. Se llama Casa Ahorro y permitirá captar mucho dinero que está fuera de los bancos o que está en los bancos en plazos fijos. Los créditos existentes hoy son con subsidios para una tasa,  a partir de fondos que le sacan a los jubilados, a la ANSES. Queremos el ahorro en metro cuadrado, es para el largo plazo, que cotizará en bolsa por si alguien quiere venderlo o deshacerse en ese período y los gobierno provinciales lo pueden prestar a la tasa que quieran en función del destino y siempre y cuando se hagan de la diferencia o descalce entre la tasa y la evolución del metro cuadrado. 

Otro punto que nos parece central es el social. Aquí aparece el tema seguridad. Alfredo Cornejo se cansó de decir que su mayor desafío es empezar a solucionar este tema en la provincia y las medias pasan  por tres ejes: prevención del delito, el sistema judicial y el sistema penitenciario. Ahora si no trabajamos en cada uno de estos ejes, si no tenemos cárceles que preparen, resocialicen y capaciten; no se podrá evitar la reincidencia en el delito como lo hacen hoy en un 90%. Si no les damos educación, esto no cambia porque el 84% de los detenidos del país no tienen estudios completos. El delito organizado busca ciudadanos sin oportunidades y en situación vulnerable, porque no pueden sustentar una familia. La justicia debe ser más eficiente, pero hay que dotarla de herramientas tecnológicas para que profundicen las investigaciones y tengan más celeridad en sus resoluciones. Ahora bien, en la prevención debe haber inteligencia criminal, una ley de protección de fronteras y la prevención social que pasa por los chicos, fundamentalmente para que estén en la escuela. Ahora, si aquí no hay una política integral entre provincia y Nación que son las dos jurisdicciones que tienen responsabilidad, por más esfuerzo que se haga de una de las partes, si la Nación no asume ese compromiso estaremos en problemas. 

En materia educativa, la clave en todos órdenes de la vida es la educación. El país perdió el concepto de movilidad social ascendente que lo daba la educación, porque igualaba, permitía brindar oportunidad de conseguir trabajo. Aquí tenemos dos desafíos: primero, hacer realidad la obligatoriedad. Hoy la mitad de los chicos no terminan la secundaria y una cifra similar en la primaria. Los chicos deben, como desafío del sistema educativo, ingresar, permanecer y aprender en el sistema y la verdad es que hoy no aprenden. Primero, obligatoriedad con cédula escolar, con proyecto presentados en la provincia y la Nación, esto nos permite hacer un seguimiento del niño, si falta, si se ausentó de la misma y hay que ir a buscarlo, y son los juzgados de familia quienes tienen que colaborar con esto. Además, de una ley de paternidad responsable. Si hablamos de calidad educativa, cometimos un error muy grande de pasar al sistema polimodal, se vaciaron de contenidos nuestra educación, con menos horas de materias básicas como matemáticas, lengua, física y matemática. Hay que volver a la formación global tanto tecnológica como social y cultural que ayuda a interpretar los cambios ye s la que nos prepara para entender y generar esos resultados que nos lleven a  los cambios. Esto con una estimulación y evaluación para los docentes, con una carrera horizontal. Con Alfredo y Laura hemos recorrido escuelas y donde vamos hay una pésima infraestructura. Hay salas de cuatro años en viviendas de celadores, en malas condiciones, en fin, queremos cambios profundos. 

Si contamos con el apoyo de ustedes lo podremos lograr porque podremos torcer la mayoría y hegemonía existente en la actualidad, que es la que tiene el oficialismo en el Congreso. Lo cierto es que hoy  no nos deja discutir ni una sola ley, salvo las que ellos proponen.

Decimos las cosas por su nombre, este grupo de candidatos quiere cambiar el rumbo en serio. Agradezco la invitación a la Unión Comercial e Industrial de Mendoza y a ustedes por escucharnos.

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