La detención de Pérez Corradi muestra, como muchas acciones del gobierno, flagrantes mecanismos de terrorismo de estado. Bullrich mediante una persecución política ostentosa, abierta, apunta a Aníbal Fernández y a inculpar al kirchnerismo.

La ministra de seguridad dice ingeniosa, suelta de cuerpo, algo que en cualquier gobierno serio le costaría el cargo

Bullrich: «Si yo fuera Aníbal Fernández, estaría preocupada». Ver acá.

Después de una conferencia de prensa en la que Patricia Bullrich anunciaba el gran trabajo de las fuerzas de seguridad y daba un show, después de tanto circo, cuando Pérez Corradi habla con la prensa dice: “no me buscaron, yo me entregué” . Ver nota.

El video, no me buscaron, yo me entregué. Bullrich mintió una vez más

«No me buscaron, yo me entregue, estaba pactada la entrega».

Y parece que, efectivamente, es así cuando se aprecian los malabares de su abogado Carlos Broitman, anoche presente en el programa diario de la ex SIDE que conduce Alejandro Fantino.

En cualquier intervención tanto de Pérez Corradi como de sus abogados lo primero que aparece es que necesitan garantías del gobierno.

Siempre sobre la mesa que le den garantías. Ver acá.

La entrega estaba pactada. Vendría al juzgado de María Romilda Servini de Cubría, aparentemente allí “se le daban las garantías”. Es de suponer que serían garantías alla Fariña, es decir, señalar algún funcionario kirchnerista y salir en libertad, pero entró Casanello y parece que allí no tiene “las garantías”. Entonces:

Ahora Pérez Corradi no viene. Ver acá.

Una vergüenza más de una ministra que pone su cargo al servicio de la persecución política, que miente y que es profundamente inepta, como quedó demostrado con la muerte de 43 gendarmes por su culpa, el escape de los Lanatta, su enojo con quienes lo capturaron y su charla secreta con el reo, sus prefecto cuidando a los narcos de Costa Salguero y ahora sus mentiras sobre Pérez Corradi.

Foto: Reuters-La Nación

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